Comienza un nuevo año, propicio para reflexionar en torno a las metas establecidas con anterioridad y el avance de nuestros pasos, proyectos, objetivos y anhelos.

Nuestra cultura es proclive a segmentar el transcurso de nuestras propias vidas por ciclos, etapas y calendarios. Así, en mi caso, suelo hacer cada fin de año recuentos y valoraciones en el plano humano, profesional y social.

Ahora con motivo del término del 2020 de nueva cuenta lo hice, si bien deseando compartir con ustedes mis experiencias, aunque me parezcan sencillas y modestas. Pero creo que de algo servirán, en particular para el gremio de las artes plásticas y en general para quienes se desenvuelven en el campo de la cultura.

Sin duda, el año que concluyó fue desalentador para muchos de las y los pintores, pues se registraron innumerables obstáculos para exponer y comercializar nuestra obra plástica, e incluso nos enteramos igualmente del cierre de varias galerías, en ciudades en diferentes puntos del mundo, pese a que algunas tenían muchos años en esa actividad y altamente acreditadas en el medio.

Debo confesar con honestidad que se me presentaron más obstáculos y dificultades que en años anteriores, tanto por la atroz pandemia del COVID 19, como por la severa crisis económica que padecemos desde hace un par de años y que ahora se acentúa.

Carecimos de exposiciones y por lo tanto la venta de arte se desplomó, pero se sumo con una falta de apoyos a la cultura y sus creadores.

Es evidente que los presupuestos se redujeron y fueron insuficientes en esta area, por lo que independientemente de pugnar porque se incrementen, es preciso convocar al sector privado para apuntalar y complementar las tareas culturales. Para lo que se requiere como factor indispensable, nuevas fórmulas fiscales o compensatorias, como ocurre en Estados Unidos y Europa; ademas de otras decisiones y acciones.

Aun así, de algo estoy segura, y es que para este 2021 seguiremos ideando y luchando por mantener el arte y su visibilidad.

Por lo pronto, un abrazo fraternal y esperanzador, junto a mis mejores deseos de salud y bienestar para ustedes y sus apreciables familias.