Estamos por concluir el 2021. Un año que seguramente representó importantes retos, largas pausas y por él que seguramente transitamos descubriendo nuevos caminos.

Llegaba el tiempo de la reconstrucción, de los reencuentros, de  comenzar todo aquello que había quedado pendiente después de ese largo año de confinamiento (2020), y tras el que poco poco, se iban restableciendo nuestras actividades y hábitos del pasado. Sin embargo, hoy nuevamente nos sentimos preocupados y nerviosos ante la nueva oleada del Covid-19 en su nueva mutación y en su tercera cepa más transmisible, la variante Omicron.

De ella, poco se sabe, mas que su origen provino del sur de Africa, apenas hace unos días (23 de Noviembre). Pero lo que los expertos han mencionado es que es 20 veces mas transmisible que la primera y que se ha propagado en muchos países como: Los Estados Unidos, Brasil, Canadá, Bélgica y Holanda; sentando de manifiesto, que aunque así lo quisiéramos -principalmente porque estamos por celebrar la Navidad y recibir el año nuevo-, aún no estamos del todo listos para regresar a la tan anhelada “normalidad”.

Me reflexion gira entorno ante las siguientes preguntas: ¿Ante qué nos enfrentamos?¿Qué es lo que debemos aprender con todo ello? ¿Cuales serán nuestras expectativas para el 2022? ¿Cuáles serán nuestras nuevas realidades? Sin duda muchas preguntas que usted también se hará y cuyas respuestas no serán fáciles de responder. Algunas contestaciones nos serán dadas y otras correrán por nuestra cuenta.

Yo en lo personal creo que estos bichos, tienen mucho que enseñarnos, nos muestran con su tenacidad, su manera de adaptarse al cambio. Mutaciones cuyo objetivo final es la de ser mas eficientes y sobretodo subsistir. Así mismo nosotros lo seguiremos haciendo. Y ya lo hemos hecho. Todos, en una mayor o menor medida, hemos aprendido nuevas cosas, nos hemos adaptado a circunstancias quizás ante imposibles de imaginar, hemos recreado escenarios para sentir la compañía de nuestros seres queridos e inclusive, nos percibimos a nosotros mismos de forma diferente. Hoy nos sabemos afortunados, capaces, innovadores, fuertes, resilientes, etc., por lo que no es momento de bajar la guardia, sino de seguir apostando por esta humanidad y por este mundo.

Lamentablemente estas fechas no significan nada para estos bichos. Para ellos la Navidad y el fin de año no serán una tregua para la humanidad, siendo entonces que deberemos ser cautelosos y no dejar que la desesperación, el cansancio físico, mental y emocional, nos lleve a la irresponsabilidad.

Pasemos unas fiestas sanas. Seamos mas responsables que sociales. Cuidándonos a nosotros, cuidamos a nuestros seres queridos. Hagamos de esta Navidad una fecha para agradecer, una oportunidad para bendecir y una ocasión para recordarle a la gente que queremos lo importante que son en nuestras vidas.  

Hagamos este fin de año, un serio compromiso con los cambios que queremos realizar en nuestra area personal, familiar y profesional y recordemos que aun con altibajos, cada día tenemos una oportunidad de volver a comenzar. 

Les deseo a todos mis amigos, mis queridos colaboradores de Meraki, mis maestros y mentores de vida, y a mi adorada familia, una muy feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de logros en todo aquello que sus sueños, su mente y sus corazones, puedan desear.