Esta tradición proviene de la religión católica. Más la única ocasión en que se nombra a los Reyes Magos es en el Evangelio de San Mateo, en el cual se habla de unos magos que llegados de Oriente fueron guiados por la estrella de Belén para adorar al rey de los judíos que acababa de nacer.

Herodes, siendo en esa época el rey de Judea, mandó llamar a estos reyes para interrogarlos y les hizo prometer que una vez que  hallaran al niño, se lo comunicarían para que él también pudiera adorarlo. Tras abandonar el palacio y ser guiados por la estrella, los magos encontraron al niño en un establo en Belén, junto a María y José. Tras postrarse ante él y ofrecerle oro, – el metal de los reyes -, incienso – la ofrenda de los dioses -; y mirra – como anuncio de sus futuros padecimientos -, fueron advertidos por un ángel de no volver al palacio de Herodes ya que este quería acabar con la vida del niño.

Al parecer fue hasta el siglo III d.C. cuando se estableció que estos personajes podrían ser reyes, por sus regalos y las imágenes que los representaban como personas pudientes. Sus nombres Melchor, Gaspar y Baltasar aparecen por primera vez en el conocido mosaico de San Apolinar el Nuevo (Rávena) que data del siglo VI d. C., en el que se distingue a los tres magos vestidos a la usanza del imperio persa, con sus nombres escritos.

La confirmación de los 3 Reyes Magos alcanzó su máximo esplendor durante el renacimiento y su imagen corresponde con la tradición cristiana, “Tres reyes vestidos con áureos trajes y acompañados de exóticos séquitos, arrodillados en un humilde establo en Belén”.

En México se acostumbra celebrar esta fecha haciendo que los niños escriban una carta la noche del 5 de enero, – noche que se le conoce como la Epifanía- y la coloquen en un zapato al lado de su cama pidiendo regalos, que aparecerán la mañana del 6 como obsequio de los Reyes Magos.

Comer la rosca de reyes también forma parte de esta tradición, la cual tuvo sus comienzos en la Edad Media en países como Francia y España y que posteriormente llego a México. La rosca de forma circular símboliza el amor eterno de Dios sin principio ni fin. Las frutas secas cristalizadas que adornan el pan representan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, y el muñeco, al Niño Jesús.  Quien encuentre en su porción de pan al niño, deberá vestirlo y cuidarlo hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, para realizar una celebración acompañada con tamales.

La historia de los 3 Reyes Magos más que estar descrita en libros y ser contada por generaciones, esta presente en la fe, el corazón y ilusión de cada niño.