Hoy no vengo a hablar de la magia como un poder o fenómeno sobrenatural asociado con efectos asombrosos, misteriosos o encantadores, sino a la capacidad que todos nosotros tenemos de generar momentos de felicidad al recuperar nuestra capacidad de asombro. 

Juguemos a ser niños otra vez, a estar abiertos a nuevas experiencias, a descubrir el mundo y a vivir intensamente.

¿Te acuerdas cuando eras pequeño y jugar con una caja de cartón era todo un viaje al mundo de la imaginación? ¿Por qué cuando crecemos tenemos que perder esa sorpresa ante la vida? 

Hoy como adultos, tenemos mucho que aprender de los niños, ellos son expertos en encontrar el encanto en las pequeñas cosas. Los niños poseen una maravillosa capacidad de asombro ante el mundo que los rodea. Cada experiencia, por pequeña que sea, despierta su curiosidad y los sumerge en un mundo de descubrimientos. 

Desde una simple mariposa hasta las estrellas en el cielo, todo les sorprende y emociona. Su mente abierta y su disposición a explorar sin prejuicios los convierte en auténticos magos del asombro, recordándonos la belleza de las pequeñas cosas que, con el tiempo, podemos dejar pasar desapercibidas. Es un recordatorio de la importancia de mantener esa chispa de deslumbramiento y admiración en nuestra vida adulta, para redescubrir la magia que nos rodea cada día.

¿Te has detenido a pensar cómo encontrar alegría y significado en las pequeñas cosas cotidianas de la vida? Probablemente no porque nuestro acelerado ritmo de vida nos hace transitar por ella casi sin darnos cuenta, apenas nos levantamos y cuando nos damos cuenta llegó la hora de dormir y desperdiciamos valiosísimas horas que vivimos, pero no sentimos. Decimos que la vida se nos pasa muy rápido, que todos los días son iguales, que nos falta tiempo para hacer cosas y disfrutar. ¿No será más bien que no nos estamos tomando el tiempo para hacer una pequeña pausa y realmente disfrutar lo que nos rodea?

Inmersos en la rutina diaria, a menudo pasamos por alto pequeños momentos y experiencias que pueden ser fuente de alegría. ¡Sí! Esto significa encontrar la belleza en lo simple, en reconocer las cosas sencillas que tenemos enfrente como un bello amanecer, un “buenos días” sincero o una taza de café caliente. 

Yo personalmente me propongo todos los días practicar la gratitud por las pequeñas cosas que enriquecen nuestras vidas. Me preguntarás si siempre había sido así… la respuesta es no, quizás la edad, quizás los aprendizajes de la vida me han enseñado que son esos casi insignificantes detalles los que, si aprendemos a reconocer, nos hacen la diferencia. 

Practicar la atención plena

Sin duda, concentrarse en los aspectos cotidianos nos ayuda a disfrutar más el “aquí y ahora” y a disminuir la ansiedad por el futuro. Estar en el momento y prestar atención a lo y los que nos rodean puede ayudarnos a apreciar el mundo de una manera más profunda.

Hoy escuchamos hablar mucho de mindfulness, es una excelente herramienta para encontrar la magia de la que te vengo hablando. Se trata de una técnica proveniente de tradiciones budistas que ha sido adaptada al mundo occidental con la finalidad de mejorar el bienestar mental, reducir niveles de ansiedad y contribuir a mejorar la concentración y el autoconocimiento. Esta práctica de atención plena y consciente consiste en concentrarnos de manera intencional en el momento presente, sin juzgar ni reaccionar emocionalmente. Busca estar consciente de lo que pensamos, nuestras emociones, sensaciones físicas y el entorno que nos rodea. 

Planteado así, pareciera fácil hacerlo, pero implica un esfuerzo deliberado de nuestra parte porque la mente se mueve tan rápidamente que solemos brincar de un pensamiento a otro sin siquiera reflexionar ante las ideas o sucesos que se nos presentan. Aquí el gran truco es aprender a detectar cuando comenzamos a divagar y a pasar de idea en idea sin atender y retomar el momento. ¿Fácil? Mantenernos presentes puede resultar complicado al inicio, vamos dominando con el tiempo, pero creéme cuando lo logras es un momento mágico. 

Yo en ocasiones practico mindfulness, podría pasar horas platicándote de mis experiencias. Pero hay una que particularmente recuerdo: Un día la instructora nos pidió que lleváramos algo que nos gustara mucho comer, pero que se pudiera partir en pequeños pedacitos. Algo inusual la petición cuando piensas en un tema de meditación… Pues debo decir que ha sido de las actividades más impactantes y gratificantes. Dentro de la práctica nos pidió que, con los ojos cerrados pusiéramos en la boca un pequeño pedazo del alimento, pero que lo masticáramos muy lentamente, que lo dejáramos recorrer la boca y que nos tomáramos el tiempo para saborearlo. ¡Fue fantástica la explosión de sabores bajo esa acción de atención plena, y fue así como ese bocadillo que hubiéramos comido de forma apresurada y sin disfrutar pasó a ser una gran experiencia! 

¿Ves cómo la magia surge en todo momento? Intenta algo similar hoy y entenderás la grandeza de ese ejercicio. 

Y no es que necesariamente tengas que practicar mindfulness para disfrutar, es implementar el aquí y ahora, el estar presente y darnos la oportunidad de vivir esos momentos felices. 

Encontrar significado en las experiencias diarias, nos lleva a considerar que valdría la pena revalorar nuestras actividades cotidianas y encontrar significado en ellas, incluso en las más simples.

Algunas ideas que me vienen a la mente y que me gustaría compartir contigo:

  • Los pequeños gestos de amabilidad y conexión con otros pueden tener un gran impacto en su vida.  ¿Lo habías reflexionado?

Yo te cuento un ejemplo que me encanta. Gloria es una mujer muy humilde que cuida mi automóvil mientras yo entro a la tienda de autoservicio, debo confesar que no era mi tienda habitual, pero busco ir ahí, no por los productos que voy a encontrar, sino por la buena vibra que ella irradia. Verla y tener unos minutos de plática son una reflexión profunda para todo el día, yo por mi parte agradezco su visión positiva de la vida, ella siempre agradece que la salude, que la conozca por su nombre y que no sea para mi un ser invisible. 

  • Romper la monotonía, no rotundo a la rutina, busca siempre cómo agregar variedad y diversión a tu día. 

¿Los niños se aburren? Yo diría que en el fondo no…Siempre encuentran algo nuevo que hacer con elementos que tienen a la mano, es cuestión de inyectar imaginación, creatividad y de creer. En la medida que lo logramos, encontramos nuevas opciones que pueden abrir las puertas a una realidad mágica. ¿Por qué no recuperar esta visión y buscar cómo hacer de un día común un día espectacular?

  • Comparte los momentos especiales y de alegría con tus seres queridos, esto a la larga se traduce en crear recuerdos significativos juntos. ¡Cuántas personas han perdido su capacidad de crear relaciones porque viven tan poco atentos que pierden momentos tan lindos como la primera palabra de su hijo porque muy probablemente estaban inmersos en un dispositivo móvil o en su trabajo?
  • Mira hacia el horizonte, la naturaleza nos brinda ejemplos de la magia de las pequeñas cosas y cómo podemos aprender de ella.

¿Y si cambiamos la perspectiva?

Regresemos a los juegos infantiles… ¿Alguna vez jugaste con un caleidoscopio?  Es uno de los juguetes más conocidos del mundo y uno de los más apreciados por su efecto óptico, lleno de colores y de formas que no se repiten y que nunca nos dejan de sorprender. 

Bien lo dice la escritora escocesa Sara Sheridan cuando cuenta que “La vida es como mirar a través de un caleidoscopio, cambiar la perspectiva crea nuevas formas de ver el mundo.” Cambiar nuestra forma de ver las cosas puede transformar la forma en que experimentamos la vida cotidiana, a veces basta cambiar de lugar unos metros para darnos cuenta de detalles y puntos de vista que no habíamos considerado. 

También habla de la perspectiva Wayne Dyer, psicólogo y escritor norteamericano, quien decía que “Cuando cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian.” ¡Sin duda alguna! Cuando nos damos esa oportunidad es cuando surge la magia, cuando comenzamos a apreciar la realidad, nuestra realidad, desde un punto de vista diferente. Entonces, sólo entonces podremos incluso darnos cuenta de que, aquello que tal vez nos parecía malo, nos abre el abanico de color y nos muestra cómo, esa aparente realidad, nos está ofreciendo nuevas opciones que, simplemente, no nos habíamos dado oportunidad de ver al estar estáticos siempre en una misma posición.

¡Juega, experimenta, vive, encuentra! En la medida que te lo permitas es justo cuando vas a encontrar la magia. Una magia que va más allá de los patrones sociales y de aquello que nos dijeron era el encanto de la felicidad.

¿Qué es para ti la felicidad?

Para mí, es una actitud, no es un tema de éxito o de dinero, así la han estereotipado algunos, pero te invito a reflexionar.  ¿Acaso las personas con menos recursos son infelices permanentemente? Yo me atrevería a decir que evidentemente no y que, quizás, lo son más que otros porque saben reconocer esos pequeños detalles más rápidamente. No siempre lo que se puede comprar es lo que determina la felicidad.

No es ningún hechizo, es simplemente darte la oportunidad de ver alrededor y apreciar lo que siempre has tenido y que has dejado pasar de largo quizás por una ausencia de atención o quizás por falta de interés. 

¿Estás listo para ser más observador y comenzar a hacer magia?