Los mitos, las leyendas y los relatos infantiles nos brindan una gran oportunidad para entender lo más profundo de nuestra psique. Nos muestran información a través de personajes arquetipales que nos conectan con grandes enseñanzas. Y para entender qué es lo que más valora una mujer, podemos recurrir a una de las más potentes historias de la mitología inglesa relacionada con el rey Arturo. Una historia del siglo XIII llamada “La Leyenda de Lady Ragnell y Sir Gawain”. Una leyenda que como la recuerdo, va más o menos así:

Un buen día el rey Arturo regresó de cacería particularmente perturbado. Al volver a su castillo se encontró con sus caballeros entre los que se encontraba Sir Gawain, uno de sus más valientes y leales. Al ver a su gobernante tan preocupado, le preguntaron qué había sucedido durante su cacería.

El rey Arturo había ido a cazar a uno de los bosques más escondidos y remotos de su vasto reino. En su aventura, había cobrado la vida de un ciervo de buen tamaño, cuando se disponía a llevarlo de regreso a su castillo, fue interceptado por un monstruo horrendo, Sir Gromer, quien lo secuestró por haber matado un animal de su propiedad. Arturo le explicó que era el rey de toda esa comarca y que tenia el derecho de cazar lo que deseara. Sir Gromer reclamó que la tierra donde había matado al ciervo era de su propiedad y por lo tanto, tenia igual derecho de matar al rey.

Después de muchas amenazas, Sir Gromer ofreció al rey Arturo una posibilidad de salir con vida, simplemente tenia que responder a la pregunta ¿Qué es lo que más valora una mujer? El rey Arturo sonrió y se aventuró a dar un par de respuestas que resultaron incorrectas y finalmente ambos acordaron un plazo de un año, para que el rey regresara con la respuesta correcta.  Así fue como pudo regresar a su castillo y ahora se encontraba frente a sus caballeros con un gran enigma por resolver o perdería la vida. Sir Gawain sonrió confiado y prometió a su rey recorrer todo el reino y no parar hasta dar con la respuesta correcta. 

Un año puede parecer un tiempo razonable, pero los días vuelan cuando lo que está de por medio es la vida del rey. Gawain recorrió todo los territorios gobernados por Arturo. El plazo se vencía y decidió aventurarse por todos los rincones del reino. La suerte no le favoreció y no podia encontrar la respuesta correcta a la pregunta planteada por Sir Gromer.

Consciente de que el plazo se acercaba y sólo restaban un par de días. Arturo salió a pasear por el bosque temiendo que su vida estaba pronto a terminar. En una de las partes más oscuras del bosque, el rey se encontró frente a una mujer horrible, enorme, encorvada, grotesca, corpulenta, era casi tan ancha como alta, su piel estaba llena de granos de color verde oscuro, su pelo parecía un matorral enredado con tapices, sin una forma agradable. Parecía más un animal que una mujer. Se trataba de Lady Ragnell. Este extraño ser le dijo al rey que estaba enterada de su problema, sabía que iba a encontrarse con su hermano Sir Gromer y estaba segura que aún no había encontrado la respuesta con la que lograría salvar su vida. La extraña mujer sonrió y eso la hizo parecer aun más horrible. Confió al rey que ella tenia la respuesta y estaba dispuesta a dársela, siempre y cuando Sir Gawain aceptara casarse con ella.

Como muchos saben, la corte del rey Arturo estaba regida por un noble código de conducta donde incluso el rey no estaba en condiciones de obligar a un caballero a realizar algo en contra de su voluntad. En el reino se valoraba mucho la libertad y la independencia para que cada uno viviera como lo deseara, sin que eso afectara a alguien más. Por lo tanto, el rey no estaba en condiciones de obligar a Sir Gawain a casarse con ese ser tan espantoso, aunque en eso le fuera la vida. Arturo se indignó ante la petición y explicó a Lady Ragnell que eso era imposible. El rey no podía obligar al caballero a aceptar tal condición. 

La mujer emitió un grito que podía poner los pelos de punta al caballero más valiente del reino. Le aclaró al rey que no le había pedido que obligara al caballero a casarse, ella deseaba que Gawain accediera por su propia voluntad a casarse con ella, a cambio estaba dispuesta a darle la respuesta. Esa era su condición. Lady Ragnell sabia que el rey sólo tenia dos días para encontrarse con su hermano Sir Gromer para salvar su vida, así que le ofreció encontrarse al día siguiente con él, en el mismo lugar para definir su fatal destino.

El rey Arturo la vio alejarse entre el espeso bosque, sin palabras, estaba atónito ante la descabellada propuesta, Sir Gawain no sólo había probado ser uno de sus más valientes y leales caballeros, sino que también era su sobrino, además, era considerado uno de los más apuestos caballeros del reino. ¿Cómo podía siquiera pensar en la idea de que desposar a ese ser tan horrible? 

Regresó desesperanzado a su castillo y justo en la entrada se topó con Sir Gawain, quien al ver el rostro pálido y desencajado del rey, le preguntó qué había sucedido. Aunque tratando de evitar contarle la propuesta que había recibido, fue tal la insistencia de su leal caballero que termino por confesarle que existía una posibilidad de salvar su vida, pero que el precio era demasiado elevado. 

El rostro de Sir Gawain se iluminó ante la idea de poder salvar la vida de Arturo. Y con absoluta seguridad, respondió al rey que estaba dispuesto a casarse con Lady Ragnell si eso significaba salvarle la vida. El rey insistió que no podía obligarlo a enfrentar tal reto, no estaba dispuesto a que se sacrificara por él. Sir Gadwin le recordó que había aprendido que el rey jamás obligaría a nadie a hacer algo en contra de su voluntad y que estaba consciente de tomar una decisión en esos términos. Se casaría con Lady Ragnell si ella cumplía con la promesa de darle la respuesta correcta para salvar la vida de Arturo.

El rey y el caballero atendieron la cita con Lady Ragnell, quien les susurró al oido la respuesta correcta a la pregunta ¿Qué es lo que más valoran las mujeres? Posteriormente, el rey se presentó ante Sir Gromer, quien lo recibió con su espada en la mano seguro de que el rey no tendría la respuesta a su interrogante. Sir Gromer alzó la espada para cortarlo en dos, pero se detuvo cuando el rey le recordó que el acuerdo era que le perdonaría la vida si le daba la respuesta adecuada. Gromer bajó su espada y sonrío seguro de que terminaría por matar al rey, pero Arturo respondió con la información que lady Ragnell le había proporcionado “Lo que la mujer desea por encima de todo, es el derecho a su soberanía, al derecho a ejercer su propia voluntad”.

Enfurecido, Sir Gromer gritó lleno de cólera, la respuesta era correcta. Lo que más valora una mujer es su soberanía. El monstruo sabia que la única que había podido darle la respuesta, era su hermana, Lady Ragnell. Maldijo a su hermana y muy frustrado desapareció entre los árboles del espeso bosque.

Al día siguiente, el reino se preparó para celebrar que el rey había salvado su vida y la boda más impresionante. Sir Gadwin por decisión propia cumplió su promesa y se casó con Lady Ragnell. Aunque la boda era excepcional, fastuosa, llena de lujos, todos los invitados expresaban de manera reprimida su rechazo y repulsión ante la idea que uno de sus más nobles caballeros se casara con un ser tan monstruoso.

Si la boda había transcurrido entre el disgusto y la repulsión, era de imaginarse lo que podría suceder durante la noche de bodas. Ya en la soledad de sus aposentos, aquel esperpento pidió a su marido que la besara, el caballero lo hizo sin dudar, ya que había sido su soberana decisión meterse en esa aventura.  Al besarla, aquel ser repulsivo se transformó en una bellísima mujer, las más hermosa que el caballero hubiera visto jamas en su vida..

Lady Ragnell le confió que con ese beso, producto de su decisión, se había roto el hechizo que le había impuesto su hermano Sir Gromer. Un hechizo que sólo podría romperse cuando el más grande caballero de todo el reino, decidiera de manera voluntaria casarse con ella. 

Sir Gawain aún no se recuperaba ante la hermosa vision que ahora tenia ante sus ojos, pero le preguntó por qué Sir Gromer la odiaba tanto. Lady Ragnell respondió que su hermano no soportaba la idea de que ella tomara sus propias decisiones. La juzgaba demasiado atrevida, poco femenina, porque no lo obedecía ciegamente y lo desafiaba constantemente. Porque se había negado a someterse a sus órdenes. 

Pero… aclaró Lady Ragnell, el hechizo sólo se había roto en parte. Ahora de nueva cuenta, le tocaba a Sir Gawain elegir de manera soberana que tipo de esposa prefería. Tenía la opción de disfrutar de su hermosura por la noche y la forma horrible durante el día. O de su forma horrible durante la noche, ya en los aposentos y su forma bella en palacio, durante el día. Ella le advirtió, piénsalo bien antes de decidir, esta es una decisión muy importante… ¿Qué decides que sea yo?

Algunos pensarían que esta decisión es particularmente difícil: bella de día o bella de noche. Una verdadera paradoja, pero no para un caballero entrenado en la corte de Arturo, donde se valoraba la soberanía de cada ser. Mucho menos para Sir Gadwin, quien recién había aceptado tomar la decisión soberana de desposar a un ser horrendo para salvar la vida de su rey, y aún menos para un hombre que había descubierto el valor de besar a su esposa y disfrutar de su belleza, simplemente por haber tomado la libre decisión de besarla.  

Como era de esperarse, Sir Gawain, sin pensarlo, tomo las manos de su esposa y respondió: “Yo no debo escoger porque la elección depende de ti. Tú eres la única persona que puede tomarla. Yo solo apoyaré gustoso tu decisión.” 

La belleza de Lady Ragnell se expandió por todo el reino, irradiaba de alegría y respondió “Has respondido bien queridísimo Gawain, pues tu respuesta ha roto por completo el maleficio de Gromer. La última condición que puso ha sido cumplida, pues dijo que sí tras mi boda con el mayor caballero de Inglaterra, mi esposo me concedía libremente el derecho a ejercer mi propia libertad, el maleficio quedaría roto para siempre.”

Las preguntas que quedan en el aire son tras este extraordinario cuento es ¿Qué tipo de mujer deseamos? ¿Una obediente que se convierta en un ser espantoso? o ¿Una libre y soberana que despliegue su belleza por el mundo?

Una decisión que no debería ser difícil de tomar.