Tesoros del arte novohispano en San Antonio, Texas

San Antonio no es solamente una ciudad llena de historia, es una ciudad llena de arte. Aquí se vive, se respira y se saborea el arte. Caminar por las calles del centro, los parques públicos y cualquiera de los museos de clase mundial de la ciudad, bastan para que sus ciudadanos y visitantes se deleiten con sorprendentes y coloridos murales, arte público monumental y colecciones públicas y privadas de obras de arte de casi todas las épocas de la humanidad destinadas al goce y a la contemplación estética.

La ciudad de San Antonio fue fundada el 5 de mayo de 1718, es decir a principios del siglo XVIII cuando el territorio que ahora se conoce como Texas era una de las Provincias Internas del Virreinato de Nueva España, siendo virrey Baltazar de Zúñiga y Guzmán, I duque de Arión, más conocido por el título de marqués de Valero. A finales del siglo XVI apareció en la Nueva España, en lo que ahora llamamos México, un movimiento artístico único en su género y representativo de América: el arte novohispano, también conocido como barroco novohispano, que se preservó hasta finales del siglo XVIII. 

Es precisamente de este movimiento artístico del que hablaremos en este artículo, y particularmente de obras selectas de una exquisita colección que pertenece al acervo permanente del San Antonio Museum of Art. Las piezas de esta colección de arte novohispano se pueden clasificar dentro de las siguientes categorías: pintura (religiosa y civil), escultura, plata, mobiliario, textiles, talavera y artes decorativas.

Juan Correa (Nueva España, 1646 – 1746), atribuido. San Miguel Arcángel, s.XVII. Óleo sobre lienzo. Colección permanente San Antonio Museum of Art.

En esta obra atribuida a Juan Correa, San Miguel Arcángel, capitán general de las huestes celestiales, sostiene una cruz y la  palma de la Victoria o la palma del paraíso, simbolizando con ello la victoria sobre el pecado. A la derecha de su cara figura la filacteria “Quién como Dios” que es precisamente el significado del nombre de Miguel. Su nombre era el grito de guerra de los ángeles buenos en la batalla emprendida en el cielo en contra del enemigo Luzbel y sus seguidores.En el arte, San Miguel es representado como un ángel guerrero, armado con un yelmo que suele estar adornado por plumaje, espada (que Correa solía sustituir por una cruz)  y armadura o coraza sobre la que se destacan el Sol, la Luna y las estrellas, elementos que lo relacionan con Cristo y la Virgen, además de faldellín, túnica, manto y calzado con botines de tela.

Miguel de Herrera (Nueva España, activo segunda mitad del s. XVIII). Retrato de Doña María de la Luz Anna Margarita Marcota, ca. 1778. Óleo sobre lienzo. Colección permanente San Antonio Museum of Art

Este retrato de Dona Maria Margarita Marcota está firmado por Miguel de Herrera, El autor de este retrato, llegó a ser muy reconocido por su excepcional habilidad para capturar la imagen y el parecido de la alta sociedad novohispana del siglo XVIII. La leyenda en la parte superior de la pintura nos dice que Doña Anna Margarita es hija legítima del Licenciado don José Teruel y de Dona María de la Luz Gomez, quien posiblemente sea la dama cuyo retrato en miniatura lleva ella en la muñeca derecha.  Ella cubre su cuello, hombros y el nacimiento del pecho con una delicada mantilla, conocida en la época como fichu atado con un moño sobre el pecho. Luce finas joyas engarzadas de brillantes y corales como el prendedor en forma de estrella y luna que lleva en la peluca empolvada, sus aretes de candil, la gargantila de terciopelo negro de la que cuelga un ave, la miniatura previamente mencionada y un anillo. En la sien izquierda lleva un chiquiador de gran tamaño. La peluca empolvada muestra su condición privilegiada por ser una mujer blanca y está decorada en la parte trasera con un gran lazo, muestra de la influencia de la moda francesa de la época. El abanico es una metáfora de  la imagen y la intimidad; se pinta cerrado como muestra de recato y honestidad. 

Anónimo, Virreinato del Perú. Santa Rosa de Lima, s. XVIII, tardío. Madera tallada y policromada. Colección permanente San Antonio Museum of Art

Magnífica talla policromada proveniente del Virreinato del Perú. Santa Rosa de Lima fue una religiosa peruana de la orden de los dominicos que fue la primera santa de América. Nacida Isabel Flores de Oliva, adoptó el nombre de Rosa cuando entendió que era “rosa del jardín de Cristo” y adoptó la denominación religiosa de “Rosa de Santa María”. De ahí la corona de rosas que lleva la escultura. 

Anónimo, Virreinato del Perú. Incensario con figura de armadillo, s. XIX. Plata. Colección permanente San Antonio Museum of Art

Este incensario de plata con figura de armadillo, tiene la silueta  de un indígena sobre el lomo del animal, posiblemente represente a un inca. En cada una de las escamas de la pieza, hay una pequeña perforación para la salida del incienso de azahar, jazmín, mirra o sándalo que al desprender el humo, aromatizaba el entorno de las residencias novohispanas.

Anónimo mexicano (Orizaba, México). Escritorio, ca. 1838. Maderas preciosas, plata, hierro. Colección permanente San Antonio Museum of Art

Este escritorio es único en su tipo. Remata el medallón el escudo republicano, en éste, la corona del primer imperio de Iturbide fue omitida para celebrar la victoria de la República. Dentro del medallón se encuentra el busto de Miguel de Cervantes, el autor del Quijote de la Mancha. Los leones del escritorio no están coronados. La madera negra es ébano (la moldura de la base, las orillas de los costados interiores y exteriores, la balaustrada y los remates). Por tratarse de un color negro intenso, se cree que sea ébano de Gabón. En los dos óvalos de la cortina presenta un finísimo trabajo de marquetería. Las jaladeras de los cajones son de plata maciza. 

Anónimo Novohispano. Tarro chocolatero con tapa con cierre de hierro, s. XVIII. Talavera poblana, hierro. Colección permanente San Antonio Museum of Art

A principios de la época novohispana, los españoles instalaron talleres de cerámica en la ciudad de Puebla, a imitación de los existentes en los pueblos de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo en España. Este tarro chocolatero es una de las piezas más interesantes no solo de la galería de arte novohispano, sino de todo el museo. La semilla de cacao se usaba como moneda en la época prehispánica, y los españoles lo consideraban un manjar exquisito de incalculable valor. Las damas de la alta sociedad novohispana ordenaban a sus sirvientas llevarles chocolate en mancerinas cuando estaban en misa escuchando los largos sermones del sacerdote, rezando el rosario o cuando iban a confesión.

Anónimo Novohispano. Jovencita con una rosa, s. XIX. Madera policromada y esmaltada. Colección permanente San Antonio Museum of Art

Este plato de forma octogonal se hizo a principios del siglo XIX y presenta un retrato de una joven que sostiene una rosa en plena floración en su mano derecha, lo que quizás sugiera que ella también está madura y disponible para el matrimonio. La artista capturó el estilo vernáculo de su vestido con su falda de algodón y blusa con mangas abullonadas, usa un fichu azul sobre los hombros, la faja negra alrededor de la cintura es ajustada para reflejar el modelo de vestido que estaba de moda en ese momento en las áreas urbanas, su mirada directa y la mano recargada en la cadera sugieren que ella es una jovencita muy segura de sí misma. 

Después de observar estas piezas, ¿qué opinión tiene sobre el arte novohispano? El destacado filósofo griego  Aristóteles, decía que “El objetivo del arte no es representar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interior”.

El arte novohispano surgió tras la conquista española del pueblo mexica en 1521 y terminó en 1810 con la independencia de México. México era la sede del poder español del nuevo continente y España en ese entonces era a su vez el imperio más poderoso de Europa. Los artistas novohispanos crearon obras de arte que expresaban el sentir y el pensar,  la vida, las costumbres y la forma de ver la vida de esta sociedad única y diferente a lo que fue el resto de América, Europa y el mundo.