Seguramente este fin de año disfrutamos de muchos de los grandes placeres de la vida, cuya lista puede variar dependiendo de cada persona, pero de acuerdo a estudios profesionales la gran mayoría convergen en algunos tales como comer, viajar, comprar, conversar, bailar, hacer el amor, ejercitarse, etc.,  Todos ellos nos remiten a acciones que nos provocan estados mentales de satisfacción, euforia y felicidad.

Sin embargo nos preguntamos ¿porque ciertos placeres se desvanecen fácilmente con el tiempo?

Quizás sirva en principio entender las tres grandes areas que definen nuestros placeres: Las que impactan nuestros estados emocionales, con pensamientos positivos. Aquellas  que se refieren e impactan en nuestras actividades, como el reconocimiento en el trabajo, el entusiasmo por el desarrollo de nuevos negocios o simplemente hacer ejercicio. Y finalmente las que le dan sentido a nuestra vida.

Si nos preguntáramos el porqué todos estas grandes ideas o planes que planteamos a principio de año o en un momento específico, no logran llegar a término, quizás la respuesta sea porque buscamos mantenerlas en un estado de placer el cual puede ser momentáneo, y no basado en una elección consciente de la verdadera razón, del porqué deseamos llevar estos planes o ideas a cabo. Es aquí donde se crea la confusión entre el placer, que suele ser efímero, y la felicidad que siempre será mas duradera.

Nos enfocamos en el hedonismo. Por ejemplo, al conocer nuevos lugares, frecuentar amigos o comprar cosas nuevas obtenemos estímulos satisfactorios que nos ofrecen resultados inmediatos. Mas, si lo mismo lo hacemos, con un sentido más profundo, podremos transformar el placer en felicidad, aunque no necesariamente significa éxtasís o euforia, sino un estado mental de serenidad y alegría más prolongado.

Hemos sido condicionados a comprar, comer, reír, divertirnos como una manera inherente a la felicidad, no quiere decir que con ello no la obtengamos, la diferencia consiste en de qué depende su permanencia. Si su origen es profundo, consciente, independiente de apegos y condiciones, será bueno y prolongado, si no, el resultado sera efímero y pasajero. Como resultado, muchas de las situaciones que nos producen placer nos convierte en adictos a factores y experiencias externas que no satisfacen momentáneamente y que exigimos con mayor frecuencia y cantidad, alejándonos de la verdadera felicidad.

Por ejemplo, es muy común ver niños en comunidades indigenas de escasos recursos con hermosas sonrisas, y otros viviendo en ciudades con mejores condiciones de vida, con acceso a multiples servicios y medios de entretenimiento, que viven a disgusto, insatisfechos e incluso deprimidos. Lo que demuestra que no se trata de tener o hacer, sino de ser. Del origen de nuestra felicidad.

Creo que es muy importante al hacer nuestros planes, proyectos y metas para este nuevo año que comienza, tener una consciencia mas clara y definida de cuáles son las raíces de nuestros deseos, qué es lo que verdaderamente nos motiva a emprender algún cambio, comenzar algún proyecto o iniciar una nueva aventura, porque ello nos permitirá definir metas más claras y duraderas, y dará sentido a cada propósito, y cada paso implicará un compromiso significativo que nos impedirá claudicar ante cualquier circunstancia que se presente.

Podríamos llamar felicidad a aquello que se consigue a través del autoconocimiento, del equilibrio en la gestión de los deseos, de una buena organización, del balance de nuestras necesidades, y de un contacto social y de apoyo significativo.

Deseo que este 2023 represente para todos ustedes la oportunidad de llevar a cabo todos sus deseos y que el camino sea acompañado de una felicidad plena y duradera.