Es cierto cuando dicen que los viajen ilustran, y en ellos encontramos mas lecciones de las que podemos encontrar en cualquier libro, por que van mas allá de describir nuevos mundos, formas de ser, de pensar, mas allá de nuevas costumbres, hábitos, alimentos, monumentos o enriquecer tu cultura; son oportunidades de crecimiento porque te exponen a situaciones y circunstancias que en muchas ocasiones pueden ser impredecibles. Por ello quiero compartir con ustedes lo que recientemente aprendi en uno de mis ultimos viajes.
Las lecciones de vida comienzan con la ilusión de elegir y planear tu viaje. Este interés por descubrir nuevos lugares implica también tener las herramientas para obtener la información que necesites, no solo del lugar en sí, sino sobre la manera de llegar y tu estadía. Es fundamental conocer las reglas que se aplican a cada país y en cada ciudad. Esta detallada planeación juega un papel muy importante para hacer mas placentera tu experiencia. Recuerdo cuando una amiga me comentaba que había adquirido sus boletos de avión y su reservación del hotel y cuándo llego a documentar, se enteró que necesitaba una visa para ingresar al país al que se dirigía. Aunque puede parecer irónico, suele suceder, por lo que informarse bien sobre los requisitos y regulaciones de cada lugar, son vitales. Así también analizar cuánto dinero necesitas, si es mejor llevar tarjeta de crédito o efectivo y que otros medios de seguridad puedes preestablecer en caso de la perdida de tus documentos o de tus tarjetas de crédito, contar con teléfonos de contactos en caso de emergencia e información sobre tu consulado y los bancos hermanos, en otros países.
El aeropuerto y la documentación, es otra aventura. Comienza con llegar con el tiempo suficiente al aeropuerto ¿a cuántos de nosotros nos ha pasado, perder un avión, o que el vuelo se demore o se cancele, o que pierdas la conexión, o que nuestras maletas pesen más de lo debido? Aqui es donde se demuestra que la improvisación, la flexibilidad y la paciencia, son grandes virtudes.
Llegar a tu destino seria un paso más en la aventura, en estos momentos descubres que eres capaz de resolver situaciones incómodas e inesperadas, y no solo eso, sino que hasta lo haces ¡en otro idioma!.
Finalmente llegar a tu alojamiento te dará cierta seguridad. Descubrir que el lugar que elegiste para hospedarte era mejor de lo que esperabas o que al menos, será tu refugio después de largas horas de exploración. Asegúrate de dejar tus documentos en cajas de seguridad y por favor, recuerda la clave.
Esta etapa te permitirá conocer la mejor y peor versión de ti, y pondrás aprueba tu resistencia física y mental y tú habilidad para improvisar y resolver situaciones extraordinarias.
Posiblemente durante el viaje tendrás la oportunidad de reflexionar y pensar un poco más en ti y en lo fácil que parece la vida. Disfrutar de un buen desayuno sin prisa, de ver un atardecer o de la serenidad de no tener que hacer nada. Todo ello es un gran camino para el autoconocimiento y comprobarás que viajar nunca es un gasto y sí una gran inversión.
Viajar te muestra otras culturas, formas de vida, hábitos, formas de pensar y de relacionarse, te permite ver y descubrir lugares inimaginables, pero sobretodo, viajar te enseña que no necesitas mucho para ser feliz, que se puede viajar ligero y te dejará maravillosas experiencias y grandes aprendizajes con un gran sabor de boca, en donde todos tus sentidos se potencializan. Los viajes, en definitiva, te cambian tu perspectiva de la vida.
Seguramente regresaras a casa siendo una nueva persona, se expandirán tus horizontes, se abrirá tu curiosidad y el ímpetu de aprender, de saber, crecerá tu interés por expandirte e iniciar nuevas aventuras. Verás el mundo de otra manera.
Yo tarde más de 30 años para visitar Paris, y después de posponerlo por circunstancias que en su momento me parecieron más importantes, descubrí que posponer, solo te alejan de enriquecer tu espíritu, pero como dicen, nunca es tarde.
No pospongas las oportunidades que hoy se te presenten, porque puede que llegue el momento, en que quizás no puedas realizarlas.
El mundo tiene mucho que ofrecernos, es más grande y maravilloso de lo que creemos, por lo que te invito a llevar a cabo esas travesías que tienes pendientes y te abras a la posibilidad de recorrer nuevos caminos.