Hoy les  traigo un tema más común de lo que imaginamos, cuyas consecuencias son devastadoras en la vida de cualquier ser humano, hablo sobre el abuso sexual infantil y algunas de sus implicaciones. 

Según The National Center of Child Abuse and Neglect, el abuso sexual se define como cualquier contacto e interacción entre un niño y un adulto, cuando el adulto usa al niño para estimularse sexualmente, o al niño u a otra persona. Partiendo de esto el abuso sexual no sólo se limita a una relación sexual entre el niño y el adulto, sino que también se considera abuso, cualquier estimulación o exposición a un menor a material sexual explicito, ya que su cerebro no está preparado para procesar esta información, trayendo graves consecuencias físicas y emocionales al niño.  El contacto sexual entre dos personas menores de edad también puede ser considerado abuso sexual, sin embargo, es importante aclarar que no todo contacto sexual entre dos menores se considera abuso, revisemos algunas distinciones que nos permitirán determinar si existe un abuso o no. 

Para considerar abuso debe existir una diferencia de 5 años o más entre los dos niños, o una asimetría de poder entre ambos, es decir, alguno de los niños controla o tiene algún tipo de autoridad sobre el otro, que alguno de los niños tenga alguna discapacidad física o mental. De lo contrario, el contacto físico entre ambos niños se considera como juegos exploratorios que son completamente normales y esperados entre niños de edades similares.

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada 5 mujeres y uno de cada 13 varones han declarado haber sufrido abusos sexuales durante su infancia, y el 95% de los casos es por parte de un familiar o una persona cercana a la familia. Estas cifras son alarmantes.

Generalmente el abusador es un adulto que tiene fácil acceso al contacto con el niño, cuenta con la confianza de los padres, y sus características le permiten analizar muy bien a su víctima, evalúa la personalidad del niño, la atención y supervisión de los padres y la comunicación entre padres e hijos, entre otras cosas. Además de valerse de la fuerza física para ejercer el abuso, suele utilizar recursos como la amenaza y la manipulación para alcanzar sus objetivos. El niño ante esto, se encuentea en completa desventaja, partiendo de que es una relación adulto-niño, donde de por si esta claro el poder de uno sobre el otro, suele ser una persona en la que el niño confía plenamente por lo que el niño terminan accediendo a las peticiones del abusador.

Por otra parte, podemos mencionar que en la mayoría de las ocasiones el niño no cuenta con los recursos necesarios para evitar que el abuso ocurra, por lo que necesitamos accionar para que nuestros hijos aprendan a protegerse a sí mismos, sin olvidar que es responsabilidad directa de los padres brindarles protección y seguridad a nuestros hijos.

¿Cómo saber si un niño esta siendo abusado o ha sufrido un abuso sexual?

Aunque no tenemos una fórmula mágica para determinar por simple observación que un niño este atravesando o haya atravesado una situación de abuso, existen varias manifestaciones que nos pueden dar una idea o una aproximación de que esto está ocurriendo como las siguientes:

  1. En primer lugar, es necesario estar atentos a lesiones físicas, moretones, marcas en el cuerpo, dolor o sangrado en los genitales o en el ano, infecciones frecuentes en la orina o en los genitales.
  2. Observar alteraciones conductuales como cambios bruscos en el comportamiento, alteraciones de sueño, de alimentación, disminución de las calificaciones escolares, llanto frecuente o irritabilidad, o cualquier cambio importante en la conducta diaria.
  3. Presencia de conocimientos sexuales ajenos a su edad, curiosidad excesiva por tocar o ver el cuerpo desnudo o genitales de otras personas, estimulación excesiva de sus genitales.
  4. Evita lugares o personas con las que anteriormente se sentía cómodo, no quiere ir a la escuela, a la casa de algún familiar, amigo o vecino que frecuentaba anteriormente sin ningún problema, o manifiesta que no quiere ser cuidado por alguien especifico, o se muestra nervioso ante la presencia de alguna persona en particular.

Aunque algunas de estas expresiones no son exclusivas de la presencia de un abuso sexual, en la mayoría de los casos se observan varias de estas manifestaciones, por lo cual, ante la mínima sospecha de que un niño pueda estar siendo abusado, es su responsabilidad tomar acción inmediata para protegerlo.

¿Qué hacer si el niño manifiesta que está siendo abusado sexualmente?

  1. Escucharlo y hacerlo sentir en confianza y orgulloso de haber hablado, alentarlo a hablar y a decir los detalles de lo ocurrido, sin presionarlo o escandalizarnos, ya que esto puede hacer que el niño cambie la versión de los hechos para no molestarnos, o evitar hablar de ello.
  2. Créale sin cuestionar lo que está diciendo, cuando los niños cuentan un abuso, no mienten prácticamente nunca, sobre todo si cuenta detalles de lo ocurrido.
  3. Asegúrale que no tienen la culpa, recordemos cómo actúan los abusadores, los manipulan o amenazan, y en la mayoría de los casos ellos sienten culpa por haber participado o permitido el abuso. Es necesario explicarle al niño que el adulto es el total responsable de lo que ocurrió.
  4. Asegúrale que el abuso no se repetirá y no habrá represalias contra él, el niño necesita sentirse seguro. Ayudándole a disminuir la culpa que siente por haber accedido a las peticiones del abusador. Y es muy importante que el abuso no se repita.
  5. Expresele afecto. En general los niños necesitan sentirse seguros y queridos, sobre todo en situaciones traumáticas. 
  6. Hablen de lo ocurrido y del agresor. Muchas veces se actúa como si no hubiera sucedido nada y esto trae muchas consecuencias, sobre todo cuando el abusador permanece cerca del niño, lo cual le dificulta reconocer sus sentimientos y superar la situación.
  7. Comunique el abuso a los Servicios de Protección de Menores. Aunque el agresor sea un familiar, el abuso sexual es un delito y es necesario que además de asumir la consecuencia del delito cometido, éste reciba atención profesional para que no se perpetue el abuso o ponga en riesgo a otros niños. 
  8. Busque ayuda profesional para toda la familia. Este es un evento traumático que trae consecuencias emocionales a corto, mediano y largo plazo, que siempre requieren atención profesional para superar las consecuencias.

Recomendaciones para prevenir el abuso sexual

  1. Bríndar educación sexual desde temprana edad, para esto necesitamos en primera instancia revisar nuestra visión y postura ante la sexualidad, para que podamos brindarle a nuestros hijos información clara y sana, de acuerdo siempre a la edad y a las necesidades del niño.
  2. Crear y mantener un canal de comunicación abierto con tus hijos. Crear un ambiente de confianza donde el niño se sienta seguro de manifestar cualquier situación que lo haga sentir incómodo, incluyendo los temas tabúes en la sociedad.
  3. Hablarles a los hijos de lo que es abuso sexual. Ajustando la información de acuerdo a la edad del niño y recomendarles qué hacer ante esta situación.
  4. Bríndales alternativas de lo que pueden hacer y cómo responder ante una situación de abuso. El desconocimiento, el factor sorpresa y la desventaja ante el abusador, dejan al niño sin respuestas.
  5. Si no sabe cómo hacerlo, busque ayuda profesional. Nadie nos ensenó a ser papas y los niños no traen manual de instrucción. Este es un camino complejo de transitar, pero es valido pedir ayuda cuando la necesitamos.

Para muchos padres se hace complejo hablar de sexualidad a sus hijos por desconocimiento, por vergüenza o por no saber cómo hacerlo, pero hoy en día tenemos muchos recursos en nuestras manos, así que con responsabilidad, asumamos nuestro rol de padres y tomemos acción.