El mes de noviembre es conocido como el mes de dar gracias y una de las razones mas importantes para agradecer es por la felicidad y la salud de nuestros niños.

Sin embargo, en ocasiones existen ciertas condiciones que pueden interferir con dicha felicidad y la procedencia puede provenir de problemas del habla y del lenguaje, por lo que es muy importante monitorear su desarrollo durante el crecimiento. 

Aprender a conocer las señales que afectan a nuestros niños en las diferentes áreas de la comunicación puede ser un buen principio, por lo que aquí presento algunas:

Lenguaje receptivo.   El lenguaje receptivo se refiere a como procesamos y entendemos lo que otras personas nos dicen. 

Niños con dificultades con el lenguaje receptivo normalmente tienen problemas aprendiendo y recordando palabras y conceptos nuevos.  Es posible que tengan dificultad para identificar los objetos por su nombre o para seguir instrucciones por padres o maestros.  Cuando tienen dificultad con la comprensión de lenguaje, pueden ser auxiliados con gestos o señas visuales para completar las instrucciones correctamente.  Para niños de etapa escolar, es posible que encuentren grandes retos completando instrucciones de múltiples pasos, contestando preguntas adecuadamente, recordando detalles de historias y haciendo inferencias y predicciones. Las dificultades normalmente crecen cuando el lenguaje presentado a los niños es más largo y complejo.

Lenguaje expresivo.  El lenguaje expresivo se refiere a cómo usamos el lenguaje para expresarnos con otras personas.

Niños con dificultades con el lenguaje expresivo normalmente tienen limitaciones en la utilización de palabras para expresarse y hasta en comprender su significado. Pueden tener un corto vocabulario o combinando para formar frases u oraciones.  Cuando tienen dificultad con el lenguaje expresivo, posiblemente utilicen señas y gestos para comunicarse o utilicen solamente una palabra para comunicar una idea más compleja, cuando niños de su misma edad ya están formulando frases u oraciones mas elaboradas para comunicar ideas similares.  Para niños en etapa escolar, es posible que tengan suficiente vocabulario para expresarse pero tengan dificultad formulando oraciones gramaticales mejor estructuradas, describiendo objetos familiares o contando historias más organizadas y detalladas.  

Pragmática o lenguaje social.  La pragmática o el lenguaje social se refiere a cómo nos comunicamos con otras personas en un contexto social.  

Niños con dificultades con el lenguaje social normalmente tienen problemas interactuando con otras personas.  Cuando son pequeños es posible que no busquen la atención de familiares o no se acerquen a jugar con otros niños. Algunos también tienen dificultad para jugar con los objetos apropiadamente. Señales que muestran tener dificultad para navegar en el lenguaje social es por ejemplo, no voltear cuando son llamados por su nombre, dificultad con la atención y para tomar turnos en juegos o participaciones.  Niños de etapa escolar pueden mostrar ésta dificultad en su expresión corporal, haciendo inferencias sobre lo que otras personas piensan o sienten y en sus modismos o su lenguaje figurativo.

Articulación.  La articulación se refiere a como producimos los sonidos del habla.  

Niños con dificultad de articulación normalmente tienen problemas de ser entendidos por otras personas.  Pueden tener substituciones, distorsiones u omisiones de sonidos del habla.  Algunas substituciones de sonidos son normales mientras los músculos y articuladores se desarrollan y mientras el cerebro organiza los sonidos que aprenden al procesar.  Sin embargo, la mayoría de esas substituciones de sonidos normalmente se disminuyen a los 3 años de edad.  Esto causa que un niño sea completamente inteligible a sus padres a los 3 años y a personas desconocidas a los 4 años.  Niños con dificultades de articulación continúan demostrando substituciones, distorsiones, u omisiones de sonidos, aún cuando otros niños de la misma edad ya no lo hacen.    

Fluidez.  La fluidez se refiere al ritmo que usamos cuando hablamos.  

Niños con dificultad de fluidez pueden mostrar un ritmo acelerado al hablar o hacer pausas excesivas.  La dificultad más común es el tartamudeo.  Niños que tartamudean pueden repetir sonidos o palabras, prolongar sonidos o bloques con tensión.  A veces estas características son acompañadas con señales secundarias, incluyendo movimientos extremos del cuerpo o la cara.  En algunos casos, una explosión de lenguaje causa que niños demuestren disfluencias al hablar porque sus articuladores no están desarrollados adecuadamente para la cantidad de vocabulario que utilizan.  Sin embargo, en estos casos, las disfluencias disminuyen cuando los articuladores se desarrollan más. Si los niños siguen tartamudeando por más de 6 meses es muy probable que seguirán haciéndolo.

Detectar estos factores en una edad temprana permitirá poder remediar las dificultades de la comunicación con mejores resultados y evitar la frustración y problemas de aprendizaje e interacción social de nuestros hijos.

Si sientes que tu hijo muestra algunas dificultades en el área de comunicación, es recomendable que solicites una evaluación por parte de una terapeuta del habla y del lenguaje certificada.  

Doris Kisel, MS CCC-SLP

Terapeuta del habla y de lenguaje especializada en niños.  Graduada por la Universidad de Texas, en Austin y Maestría en el Instituto de Salud del Hospital General de Massachusetts. Actualmente imparte terapias en Speech and Language Center of Stone Oak, en San Antonio Texas

Consultas en español www.stoneoakspeech.com (210) 495-9944