México se caracteriza por se anfitrión de un espectáculo extraordinario de la naturaleza, el tránsito y habitat de la Mariposa Monarca, evento que representa no solo un gran atractivo sino también un interesante objeto de estudio.
Las investigaciones y documentación de este fenómeno se dieron a conocer en el mundo científico en 1975 cuando se descubrieron los sitios de hibernación de la Mariposa Monarca, gracias al trabajo del zoólogo canadiense Fred Urquhart y su esposa Nora R. Urquhart iniciado en 1937, Después de reunir a cerca de 6,000 voluntarios para poner minúsculas etiquetas en las alas de las mariposas monarca y documentar su ruta migratoria. Esta historia se describe detalladamente en la película “Flight of the Butterflies”. Ken Brugger y su esposa Catalina Aguado residentes de la Ciudad de México se unieron a este proyecto en 1973 localizando los sitios de hibernación en el Cerro Pelotón.
Tras esos estudios la mariposa monarca ha sido parte de Ciencia Ciudadana; por Journey North en los Estados Unidos y por El Correo Real en México desde los años 80s. Un proyecto reciente sobre la mariposa monarca puede encontrarse en “Mariposa Monarca”.
Datos relevante sobre la mariposa monarca:
- La mariposa monarca es conocida científicamente como Danaus plexippus.
- Es la especie de mariposa más conocida en México.
- Cuenta con aproximadamente 6 santuarios en México donde llegan de su largo viaje desde Canadá y Estados Unidos.
- Sus alas de color naranja con líneas negras la hacen fácilmente reconocible.
- La generación de otoño posee una gran resistencia y longevidad de hasta nueve meses, mientras que otras generaciones solo viven 24 días. Las generaciones que no migran viven de 3 a 6 semanas y la mariposa que migra (generación Matusalén) vive entre 8 y 9 meses.
- Gracias a estas características puede viajar hasta 4000 kilómetros hasta los bosques de oyamel en el centro de México y de regreso.
- La mariposa monarca reside en gran parte de Norteamérica, aunque son los grupos que viven al este de las Montañas Rocosas los que realizan la migración a los bosques de México. Las colonias de la costa del Pacífico residen en el mismo lugar todo el año o emigran al sur de California en invierno.
- En su hábitat natural necesitan la planta asclepia, comúnmente llamada “algodoncillo”. Las monarcas ponen sus huevos en el algodoncillo, ya que es la única planta que las orugas comen al nacer. Esta planta ofrece a las mariposas una eficaz defensa natural contra los depredadores, ya que hace a la mariposa tóxica, o de mal sabor. Las mariposas adultas sí se alimentan del néctar de otras flores.
- En su ciclo de vida, tras el apareamiento, la mariposa hembra pone los huevos en el reverso de las plantas asclepias o algodoncillo. Una mariposa puede poner hasta 400 huevos. Una vez que deposita los huevos, la monarca muere. Estos huevos tardan de 4 a 8 días en eclosionar.
- Las orugas cuando nacen se comen la cáscara de su huevo y se alimentan del algodoncillo. Tras unas dos semanas, la oruga construye su crisálida, que quedará suspendida de la planta. La fase de crisálida o pupa dura entre 8 y 15 días. Mientras está dentro de la crisálida la oruga sufre una extraordinaria transformación hasta convertirse en mariposa. En la última etapa, la crisálida es transparente y ya se ve perfectamente la mariposa.
El área ocupada por las colonias en México ha ido disminuyendo paulatinamente. Durante los años 90 el promedio de ocupación era de alrededor de 6 hectáreas y durante los últimos cuatro años el promedio de ocupación ha sido de 2 hectáreas. Las causas que afectan a las mariposas Monarca son distintas en cada país, en los Estados Unidos y Canadá las causas principales son la pérdida de algodoncillo por los herbicidas y por el desarrollo urbano y en México principalmente por la transformación en las áreas de cultivo y la tala ilegal.
Los mexicanos contamos con este visitante de forma natural sin imaginar que es una especie que no se encuentra en otros países, donde aplicaríamos “El clásico ¿A poco aquí no hay?”. La migración de la mariposa monarca es una más de las maravillas que se encuentran en nuestro país y una especia a la que debemos cuida, apreciar y proteger.
Lamentablemente es una especie que poco a poco ha ido perdiendo terreno ante la creciente actividad de ser humano, -algo que tampoco podemos detener-, pero que de manera inminente tenemos que actuar para no perder a este ser extraordinario ser que habita nuestro país y enriquece nuestro planeta.