¿Qué es el pensamiento lateral o divergente? Es un concepto creado a finales de los años 60 por el psicólogo Edward de Bono (el de los seis diferentes “sombreros”) en su libro The Used of Lateral Thinking. Esta habilidad cognitiva nos permite considerar una variedad de posibilidades ante los problemas, buscando caminos alternativos para su resolución. Abarca la búsqueda de ideas más creativas, intentando no caer en las pautas lógicas y obvias que normalmente utilizamos.

¿Ejemplo? Pensar en usar un ladrillo como pisapapeles, (imaginarlo como un elemento para construir una casa sería un ejemplo de pensamiento convergente).

Marty Neumeier es un pensador provocativo, que a veces colabora con Tom Barret en un blog donde ambos presentan temas de innovación, pensamiento creativo, inteligencia emocional y disrupción. De esta forma recientemente me topé con una sencilla lámina que proponía distintas maneras de pensar divergentemente. Me pareció muy interesante y aquí la presento, con algunas ideas y reflexiones adicionales.

1. Escriba, escriba siempre, escriba mucho

Las mentes creativas siempre escriben, siempre tienen una libreta a la mano, tarjetas y hasta el celular. No dejan escapar las ideas. Es proverbial tener lápiz y papel en el buró para anotar, y no olvidar, lo que se nos ocurrió soñando o en un momento de insomnio. Obviamente, no todas las ideas valdrán la pena, pero pueden desencadenar nuevas ideas. ¡Enliste sus pensamientos!

2. Ponga atención en accidentes inesperados

A veces los mejores descubrimientos se presentan cuando estamos haciendo algo diferente o investigando otra cosa. El velcro es un ejemplo de ello. En 1941, el ingeniero Georges de Mestral estaba excursionando en Suiza. En contacto con la vegetación, noto cómo las rebabas (semillas secas de platas como abrojos y cardos) se quedaban pegadas a sus pantalones. Al ver esto, se le ocurrió recrear esto con ganchos y cintas con fibras enmarañadas en bucle, y así se originó esta innovación.

3. Invierta polaridades

Se trata de pensar y escribir todas las suposiciones que pueda imaginar sobre un problema, y luego revertirlos, es decir contrastarlos.

4. Piense mucho en metáforas (explore otros dominios, industrias o sectores)

Una metáfora es un vínculo entre dos cosas diferentes que abre el lado creativo del cerebro. Explore cómo una idea de una industria o disciplina podría adaptarse a otra. Por ejemplo: Mi amigo, el ingeniero Javier Elenes, quería disminuir el tiempo de preparación de máquinas; para motivar a sus obreros, les mostró un vídeo donde cambian los neumáticos de un auto Fórmula 1 en dos segundos. Eso bastó, al verlo los obreros se dieron cuenta que preparando todo anticipadamente, teniéndolo listo, podrían hacerlo rapidísimo, y lo lograron.

5. Programe blind dates (Citas a ciegas)

Como cuando arreglamos una cita a ciegas entre dos personas que queremos que se conozcan, juntemos ideas no relacionadas para ver si de ahí nace una nueva idea, recuerdo a un empresario que hace algunos años pensó que podía vender seguros de auto ¡al estilo de pizzas a domicilio! Así armó su proceso de negocio: El cliente llamaba, daba las características de su auto y qué tipo de seguro quería tener. La compañía de inmediato le cotizaba con tres empresas de seguros distintas y, cuando el cliente aceptaba, la empresa le entregaba la póliza en su domicilio en menos de 24 horas. Una práctica que ahora es muy común (ya las entregan por correo electrónico) pero hace muchos años fue una idea innovadora, producto de una blind date imaginaria.

6. Empiece desde un lugar distinto

Si bien es cierto que la peor idea nunca es la mejor idea, para romper la inercia y arrancar, a veces es conveniente empezar con una ‘mala’ idea que llevará su imaginación a un comienzo diferente y, a partir de ahí, mejorarla.

7. Además de escribir mucho, dibuje mucho

Se trata de hacer esquemas de tener pensamiento visual, pensando no solo en palabras y cifras, sino también en imágenes: el pensamiento visual puede ayudar a reducir un problema a su esencia, lo que lleva a conexiones que resultan muy simples y valiosas.

8. Sea ingenuo y haga preguntas simples

Como niño de dos años, sin miedo al ridículo, desafiando suposiciones y planteando preguntas simples. Las preguntas y la curiosidad siempre impulsan la creatividad. Recuerdo a un abogado que, sin ningún conocimiento agrícola, heredó un negocio de producción de hortalizas. Como era evidente, no tenía antecedentes del negocio y empezó a hacer preguntas que quizás un agrónomo no se hubiera atrevido a hacer, tal vez por pena o por no mostrar ignorancia. Pero a esta persona no le daba nada de pena, y preguntando fue desarrollando estrategias que lo hicieron competitivo y exitoso. 

Acertijos

Para “motivarnos” a usar el pensamiento divergente, propongo tres ejercicios para ejercitarlo. Las respuestas al final. 

1. Algunos meses tienen 31 días, otros solo 30 ¿Cuantos tienen 28 días?

2. Nombre tres días consecutivos sin utilizar las palabras “martes”, “jueves” o “sábado”.

3. ¿Cómo es posible pinchar un globo sin permitir que se escape aire y sin que el globo haga ruido?

Pensemos divergente, es una manera de estimular el pensamiento, la creatividad y la innovación.

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Respuestas:

1. Todos.

2. Ayer, hoy y mañana.

3. Cuando el globo está desinflado.

“Si siempre haces lo que siempre has hecho, siempre obtendrás lo que siempre obtuviste” Henry Ford (1863-1947)