Me encanta cuestionar a las personas, sobre todo cuando de temas polémicos se trata, y así es como comienzo el año, con una pregunta fundamental: ¿Tú amas? Venimos de una época de pregonar amor y entramos a otra llena de buenos propósitos… ¿Cuáles son los tuyos este año? ¿Entre ellos se encuentra amar intensamente? Aunque probablemente no está en tu lista, yo te propongo agregar el ser más amoroso, pero no sólo un día o dos, volverlo un estilo de vida en todos los ámbitos en los que impactas como persona.
Amor fue quizás la palabra más utilizada por todos en diciembre… palabra que surge del corazón en su momento pero que -seamos sinceros- con la llegada de un nuevo año comienza a diluirse según pasan los días. Es por ello que, en esta ocasión, la retomo y te propongo llevarla a tu vida cotidiana y a todos tus ámbitos.
Amar es una actitud de vida: Amamos al prójimo, a la pareja, a nuestros seres cercanos, el trabajo y la existencia misma. Nuestro mundo no puede ser concebido sin una buena dosis de amor.
Cuando usamos esta palabra nos parece que corremos el riesgo de caer en la cursilería del romanticismo puro… quizás hasta nos da miedo volvernos vulnerables. De hecho, muchas personas por ello no lo mencionan, o -lo más grave- tampoco lo practican, porque parecería un terreno más seguro mantenernos en la frialdad y lejanía. El amor no nos vuelve débiles, por el contrario, cuando rompemos la coraza salimos fortalecidos.
Amor a uno mismo
¿Quién fue tu primer amor? Adivino, pensaste en aquella primera novia o novio, ni por un momento pensaste en ti. Y sin embargo el amor incondicional debería empezar por nosotros mismos, al final de cuentas somos la única persona con la cual estaremos viviendo todos los días de nuestra vida.
Hemos sido educados para buscar la aprobación de los demás, pero a veces no nos sentamos a pensar si realmente es lo que nosotros queremos o esperamos de nosotros mismos. Nos desvivimos buscando agradar a los demás, que nos quieran y reconozcan, cuando la primera persona en quien debemos pensar es en nosotros mismos. Si no partimos de esta forma de amor, será prácticamente imposible que seamos seres amorosos.
Amarnos significa querernos por lo que somos, aceptarnos con todo nuestro bagaje de éxitos y fracasos, lo cual, créeme, no es nada fácil. Esto se relaciona con la autoestima y el respeto que nos profesamos. Desde luego que este sentimiento tendría que encaminarnos hacia una actitud de mejora constante, en ningún momento se trata de volver la aceptación sinónimo de conformismo. No puedo jamás decir me amo como soy, y por ello prefiero quedarme en una zona de confort que al final me lleva a una mediocridad absoluta.
Experiencias traumáticas como una enfermedad o una pérdida de pronto se convierten en esa dosis de reflexión y de comunicación intrapersonal que necesitamos para conocernos y amarnos.
La pregunta es: ¿Qué tendríamos que comenzar a hacer hoy para profesarnos amor? Aquí algunas ideas que pueden funcionar:
- Si yo te dijera que tienes que amar a alguien sin conocerlo, dirías que es una locura. Pues bien, comienza por una auto indagación que te permita conocerte a ti mismo de forma objetiva, no se trata de verte como un ser perfecto, sino como un ser real y perfectible.
- Al mirarte al espejo seguro encuentras defectos que odias, o piensas en tu personalidad como poco interesante, o simplemente te enfrentas a muchos “peros” hacia tu persona. Aceptarte física y emocionalmente, reconociendo que, como todos, eres un ser con defectos y virtudes que te hace único e irrepetible es un principio para quererte más cada día.
- Sé autocrítico y encuentra áreas de oportunidad. Todos tenemos fortalezas a las cuales no les hemos prestado atención y que se pueden volver un parteaguas en nuestra vida.
- Ten la vista fija en el presente y en el futuro por venir. Lo que pasó, pasó, habrá que dejarlo ir y reinventarte si no estás conforme con el resultado.
- Se tú mismo… atrévete a serlo. Quizás en el proceso entrarás en el debate del ser y el deber ser, pero lo fundamental es tener claro quién eres y hacia dónde vas, si de origen eres incongruente, será prácticamente imposible amarte.
Amor a los demás
Hace unos años tuve el privilegio de conocer en persona al mismísimo Patch Adams, Hunter Doherty Adams, quien a sus 18 años decidió hacer una revolución amorosa que le permitiría ser feliz y estudiar medicina en vez de quitarse la vida. Una declaración por demás fuerte que vendría a culminar con su mejor receta: “Lo que más cura es el amor, el humor y la creatividad”. Adams es un personaje por el que siempre había sentido admiración, desde que Robin Williams lo llevó al cine en 1995, pero ésta creció al escucharlo hablar de viva voz compartiendo su filosofía y a la cual yo le llamaría “Decálogo de amor”.
Anoté cautelosamente esos principios y hoy te los comparto, esperando comprendas la grandeza que llevan detrás de ellos.
- Piensa cuál es tu estrategia de amor. (Yo agregaría que, si no la tienes, es momento de crearla)
- Ponte de pie, ama a la humanidad y disfruta el momento. No dejes a nadie fuera, ama a todos y todas, en especial a aquellos que lo necesitan más.
- Abraza a alguien que no conozcas.
- Toma por la cabeza a tu prójimo y dile muchas veces te quiero… es embarazoso la primera vez que lo haces.
- Hay que decir sí al amor. ¿Puedes pensar en algo más importanter? Amar es lo fundamental de la vida, aunque ninguna escuela en el mundo enseña nada sobre cómo hacerlo.
- Repite “Amo la vida”. Hacerlo con convicción y como si fuera una cruzada.
- Canta, canta y canta.
- Hay que vivir con gracia y agradecimiento. Agradecer es invariablemente una estrategia de amor.
- Piensa en tu intención, tu desempeño y las consecuencias. Hay que tratar de ser amoroso en vez de tratar o sentir el deber de serlo. Sólo piensa “Voy a serlo”, eso es ser intencionado.
- Echa un vistazo al espacio que el amor ocupa en tu vida y haz un inventario de personas, cosas, ideas y experiencias.
Amor al trabajo
¿Cuántas horas al día trabajas? ¿Cuántos días a la semana? ¿Lo disfrutas o lo sufres? ¿Si tuvieras la oportunidad de hacer algo diferente cambiarías tu campo de acción?
“La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si aún no lo has encontrado, sigue buscando. No te conformes.” Steve Jobs
Yo debo confesar que amo lo que hago en términos profesionales, pero veo a mi alrededor personas que subsisten un trabajo, de hecho, son infelices con él, pero lo desarrollan por el simple hecho de obtener una paga.
En la medida en que realizas una actividad que genera pasión, generas amor por ella y es justo en ese momento cuando debes dejar de preocuparte por el éxito porque seguramente vendrá aparejado.
Preocúpate por ser feliz con y en lo que haces… si no lo eres, igual es momento de explorar nuevos horizontes donde no te pese trabajar, por el contrario, que lo disfrutes tan intensamente que lo sientas como un momento de felicidad y distracción. No se trata de tomar una decisión drástica de momento, no, esa no es mi propuesta, lo que te sugiero es que empieces a buscar -o construir- el camino para llegar a aquello que realmente te apasiona.
No importa la profesión, aquellas personas que llegan lejos tienen algo en común, son adictos a su vocación, tanto que serían capaces de seguirla, aún sin una paga de por medio.
La alegría como motor fundamental del amor
Sí, el amor se traduce en alegría, en ser felices, claro con esos contrastes y claroscuros que a veces enfrentamos y que son precisamente los que nos hacen valorar lo bueno a nuestro alrededor, si todo fuera color de rosa ¿Cómo podríamos entender el valor de otros colores?
Pero además hablamos de un poderosísimo sentimiento que nos genera:
- Nexos de unión entre las personas y profundos sentimientos de afiliación, en lo personal y en lo profesional.
- Disfrute de diferentes aspectos de la vida, quizás te darás cuenta que el prestar atención a las cosas pequeñas de la vida te lleva a valorarlas con toda la fuerza de tu corazón.
- Actitudes positivas. ¿Recuerdas ese dicho que pregona que todo depende del color del cristal con que se mira? Es momento de llevarlo a la práctica.
- Aprendizaje y memoria. Sí, aprendemos del mundo a través de las experiencias que nos marcan y permanecen en nuestra memoria aquellas muy felices o aquellas que nos provocaron profunda tristeza. Busca guardar el mayor cúmulo de recuerdos amorosos se traducirán en una existencia feliz.
A veces nos cuesta valorar lo bueno, empieza el año acumulando esas experiencias positivas y busca releerlas de vez en vez. ¿Cómo? Ve y busca un frasco grande, papel y pluma. Convierte ese frasco en tu “Almacenador de recuerdos”, cada vez que algo amoroso suceda en tu vida, anótalo en un pequeño papel y guárdalo en ese frasco. Quizás cuando este año termine te darás un día para leer cada uno de esos recuerdos y darte cuenta del amor que se derramó en tu vida y alrededor de ella en 365 días y te sentirás inmensamente amado por el mundo.
Diferentes formas de disfrutar la vida
No es fácil amar, nadie nace sabiéndolo, aunque a lo largo de nuestra vida lo vamos aprendiendo y desarrollando. Cada quien a su estilo lo logra, lo importante es la aceptación del sentimiento y su alcance, no importa el tipo de persona que seas. Tal vez eres un hedonista que sólo vive el instante…O aquel para el que lo que disfrutaba en un momento, deja de ser interesante… Quizás el que vive pensando en lo que logrará más adelante y que lo puede hacer feliz… O aquél que disfruta el hoy pero también tiene la vista en el futuro.
No importa quién seas o cómo seas, mantén en tu vida este propósito fundamental: Amar, amar intensamente a todo y a todos.
Decía Ella Fitzgerald que no te deberías rendir tratando de hacer lo que realmente quieres hacer porque donde hay amor e inspiración, no puedes equivocarte.
Este 2022 vive amor, derrama pasión sobre todo aquello a tu alrededor y mueve al mundo con amor, sin duda tu actitud hará de este año un año excepcional.