Si algo es tradicional en México junto con el Tequila y el Mariachi es la piñata, una de esas tradiciones que se fue adaptando a casi cualquier festejo mexicano, siendo en origen una esfera de 7 picos, se ha ido modificando para dar forma a héroes y figuras en fiestas infantiles.
La cultura mexicana ha buscado preservar esta tradición. En las celebraciones navideñas representan diversión tanto para niños como para adultos, a diferencia de las fiestas infantiles donde solo los pequeños hacen malabares para ser los que finalmente rompan este objeto que se mece en un vaivén por los aires, haciendo del que logre romperla, una especie de héroe.
Años atrás, el interior de la piñata solía estar repleto de fruta y colación, hoy los dulces también forman parte de su contenido. El proceso de romperla suele estar acompañado por cánticos, y el premio que se recibe al romperla no solo es obtener los anhelados dulces, sino también esa especie de juego-lucha (sin importa si es niño o adulto), entre empujones, codazos y robos furtivos, para obtener el mayor botín, surgiendo así, el segundo héroe de la fiesta.
Su origen proviene de una tradición que en realidad y muy a nuestro pesar, no es oriundo de México, llegó de Europa en el siglo XVI al Estado de México, en la localidad de Acolman, donde los frailes agustinos recibieron el permiso del Papa Sixto V para realizar las “Misas de aguinaldo”, lo que ahora conocemos como las posadas, ahí fue donde las piñatas hicieron su aparición por primera vez en México.
La piñata “original” no ha cambiado desde aquellos tiempos. Realizadas con ollas de barro y envueltas con una gran carga religiosa. La olla se cubre desde entonces con papel china de diferentes colores, lo cual representa los placeres superfluos; los 7 picos simbolizan los 7 pecados capitales; y el palo (nunca usemos bates ni palos de escoba por favor), representa la virtud terminando con las tentaciones; se vendan los ojos porque los pecados y placeres vanos se combaten con fe ciega.
La piñata es una tradición colectiva que une y divierte.
La piñata en estas próximas fiestas navideñas, no será tan popular debido a la pandemia, no se colgarán en muchos hogares, pero es una tradición que se lleva en el ADN de todo mexicano y que seguramente regresará muy pronto en la primera fiesta en que podamos reunirnos nuevamente a celebrar, como en otros tiempos.