Se acerca el fin de año, la culminación del 2020, sin embargo, esta vez no será como cualquiera otro año, no habrán fiestas, ni reuniones familiares, ni las compras habituales, ni la algarabía y júbilo de otros tiempos, éste en particular, representa para todos, en mayor o menor medida, un año lleno de grandes retos, de cambios, de perdidas, de añoranzas. Y seguramente en estas próximas fechas se acrecentarán los sentimientos de tristeza, duelo o pérdida.
Empatizar a estas alturas podría sonar inadmisible, porque cada uno ha vivido experiencias únicas, porque nos hemos enfrentado a nuestras vulnerabilidades como personas, como familias, como sociedad y como humanidad, y seguramente ello nos ha hecho reflexionar en las cosas que sí son importantes, las que siempre lo han sido, las cosas y personas que vale la pena cuidar y conservar, las que debemos olvidar y superar y la visión de hacia dónde debemos encaminar nuestros esfuerzos.
Escuchamos y escucharemos en los próximos años muchas historias que quizás hoy ni siquiera imaginamos, pero todos tendremos una que contar, y cualquier que ésta sea, tendrá un final. He ahí que quedará pendiente el desenlace de nuestras vivencias, que dependerá en mucho de lo que hagamos y pensemos el día de hoy.
Armados con todos los atributos, habilidades y fortalezas que nos fueron dados, deberemos sumar todas ellas y alinearlas con otras más para recuperarnos y ayudar a otros ha hacerlo.
Llego el momento de ser solidarios, de pensar que no somos uno en el mundo, que existen más de 7, 800 millones de personas que cohabitan con nosotros y que no representan números en las estadísticas, que son padres, madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas y que también tienen su historia.
Prendamos un poco de luz en la vida de alguien más, demos consuelo, compañía, ayuda y sobretodo amor a todo aquel que cruce nuestro camino, hoy podemos hacer esa gran diferencia que se hace con la buena voluntad y la vocación de servicio. Seamos generosos con nuestras palabras, con nuestros actos y demos a los demás lo que nos gustaría recibir.
Deseando que tengan una Feliz Navidad y fin de año, y que celebremos la llegada del próximo con la esperanza de que será próspero, lleno de salud, logros y aprendizajes.
Mis mejores deseos y bendiciones.