A sólo unos kilómetros de la Ciudad de México, Puebla y Toluca, en los linderos del estado de Guerrero y Morelos, se encuentra la ciudad de Taxco, un increíble lugar, perfecto para descansar, respirar aire puro y comer delicioso, donde podrás pasar una experiencia inigualable.
Taxco tiene orígenes prehispánicos pues existían diferentes pueblos que eran tributarios del imperio Mexica, sin embargo, el emplazamiento actual fue fundado tras la conquista de Tenochtitlan. Se establecieron aquí campamentos de españoles que comenzaron a extraer su riqueza mineral, por ello también es mundialmente conocida por su producción en plata.
Lo más extraordinario es su precioso paisaje, ya que se ubica en las laderas del cerro del Atache, rodeado por bosques vastos y cuyo relieve le da un aspecto incomparable. Por ello, la ciudad se convierte en una experiencia tan diferente, sus calles son especialmente bellas y llenas de sorpresas, son serpenteantes, estrechas e inclinadas, empedradas con diferentes figuras orgánicas y geométricas.
Su arquitectura se conforma de aspectos coloniales y el uso de varios elementos de barro como ladrillos citarillas, teja, terrazas, balcones y muros blancos con puertas de madera o herrería. Claro que no se puede dejar de mencionar el maravilloso templo estilo barroco de Santa Prisca, que fue construido en el siglo XVIII y que es además el eje de la ciudad alrededor del cual se dispusieron otras construcciones, entre las que están algunas muy bellas e importantes casonas que puedes visitar como el Museo de Arte Virreinal, el museo Casa Figueroa o la Casa de William Spratling, como introducción para después, pasar por el Museo Arqueológico del INAH donde se encuentra su importante colección de arte prehispánico.
Por si fuera poco, cuenta con una gastronomía sin igual. Vive de felicidad comiendo una gordita de chicharrón y las famosas picaditas del mercado Tetitlán por la mañana, nada como un almuerzo con deliciosa barbacoa de chivo con un consomé y salsa de chile guajillo, igual es muy tradicional un menudo o pancita, como le quieras llamar; si llegas desde el jueves no puedes dejar de comerte un pozole verde y unos tacos dorados de requesón, longaniza o papa y ¿qué tal unas enchiladas con mole de Guerrero o una carnita en salsa verde de jumil? Y para terminar una nieve o un raspado en la Plaza Borda. El sábado por la noche unos tacos al pastor, unos tacos de chuleta o cecina.
Pero si lo que te encanta es comprar artesanías, en Taxco encuentras increíbles artículos de la región, puedes llevarte ropa, bolsas, sombreros o manteles tejidos en palma por manos de la comunidad indígena de Tlamacazapa, también alhajeros, jarros pintados por artesanos de Xalitla y San Agustín de donde también llegan hermosas creaciones de madera, piedra y pinturas narrativas en papel amate.
No conforme con ello, aún debes conocer sus alrededores, pues cuenta con esplendorosos lugares por si te gusta el turismo de aventura o ecológico, sus montañas cuentan con atractivos como el parque del Huizteco, las Pozas Azules de Atzala, las Grutas de Cacahuamilpa, la Cascada de Cacalotenango o puedes realizar caminatas hacia el Cristo redentor que se encuentra en la punta del cerro en un impactante mirador desde donde puedes ver toda la ciudad.
Lo mejor para disfrutar la ciudad es caminarla, dejarse seducir por las corrientes de aire, tomarse fotos en espacios lindísimos al recorrer sus callejones. Taxco es un laberinto de esquinas de descanso con frondosas bugambilias, escaleras al cielo que aceleran el corazón para al final encontrar vistas al horizonte y puestas de sol en tonos rosas y naranjas intensos. En sus callecitas, podrás convivir con tu familia y amigos o disfrutar de la vida al estilo de un pueblo, con gente risueña y amable, disfrutar el olor a romero y jazmín a la sombra de sus laureles de la india. Un lugar donde las abuelas aún cuentan historias, donde puedes hacer las compras en el mercado o en el tianguis y encontrar frutas y verduras frescas, orgánicas, dónde se escuchan las campanadas de las misas dominicales, las bandas de viento, los toritos, los castillos en los atrios de Ojeda, Guadalupe, Chavarrieta, San Miguel y la Veracruz. Otra interesante opción son las Ex haciendas de San Juan Bautista en Taxco el viejo o la del Chorrillo y de paso ver una obra de teatro o un concierto de música clásica de los que oferta CEPE UNAM. No te podrás ir sin un viaje en teleférico o un maratón nocturno por sus calles zigzagueantes.
Como puedes ver, Taxco es una caja de experiencias y sorpresas que no terminas de deleitar. Si te gusta despejarte en serio y disfrutar dinámicas tranquilas, llenas de cultura y tradiciones que ya no encuentras en las grandes ciudades, eso y más puedes descubrir en Taxco, ven y vive la vida cómo siempre la has querido vivir.
Escrito por: Arq. Alma R. Flores
Secretaria de Turismo Municipal de Taxco de Alarcón.