Hablarles a los niños desde que nacen parece un tema trivial y hasta de sentido común; pero no lo es.
Asistí al Segundo Curso Internacional de Terapia Auditivo- Verbal con una de las figuras más importantes en el tema, la respetada Dra. Lilian Flores quien me corroboró mi preocupación por la falta de desarrollo de lenguaje en las últimas generaciones de niños. A pesar de que el curso estaba más relacionado con los temas de rehabilitación en niños con sordera e implante coclear, me hizo muchísimo sentido lo dicho en relación a lo que se me presenta cada vez más en mi práctica; la falta de lenguaje en los niños pequeños.
No importa el término que utilicemos para referirnos a esto, retardo de lenguaje, falta de lenguaje expresivo, trastorno en el desarrollo de lenguaje verbal y otros; en todos estos diagnósticos, el común denominador es la escasez o falta de lenguaje lo que va obstaculizando el desarrollo del pensamiento.
El pensamiento y el lenguaje en los niños se desarrolla de manera paralela, ¿qué fue primero el huevo o la gallina? No lo sé. Eso no es lo importante ya que existen múltiples teorías sobre esto. Lo que es de suma importancia, es que nos demos cuenta que es un hecho que el desarrollo del pensamiento se da de manera paralela al desarrollo de lenguaje. A mayor desarrollo de lenguaje existen mayores niveles de desarrollo del pensamiento y viceversa.
En los primeros tres años de vida se desarrollan las principales estructuras y conexiones cerebrales relacionadas al desarrollo de lenguaje y por ende, del desarrollo del pensamiento. Esto se debe a que a que en esta etapa la plasticidad cerebral se encuentra en su período más crítico, es decir, se producen mayores conexiones neuronales que son las que nos permiten aprender y reaprender a través del tiempo. Con esto no quiero decir que después de los tres años todo este perdido en referencia a lenguaje y pensamiento, sino que simplemente es la edad en la que debemos estar de manera consciente estimulando en todos sentidos a los niños. De ahi la importancia de hablarle a los niños desde edades tempranas.
Debemos desarrollar en nuestros niños la capacidad de escuchar primero, para que así puedan ir desarrollando sus capacidades de lenguaje y sus capacidades cognitivas.
Un factor determinante en el desarrollo de lenguaje es la epigenética, la cual se refiere a los elementos y mecanismos del ambiente que regulan la expresión de los genes sin alterar o modificar la secuencia en el ADN (ácido desoxirribonucleico). Es decir, la epigenética es la capacidad que tiene el ambiente externo al ser humano para modificar la manifestación de los genes dados en la persona y es aquí donde el papel de nosotros como padres es de vital importancia en el desarrollo de lenguaje y del pensamiento de nuestros hijos.
Los niños necesitan que les hablemos, que conversemos con ellos por muy pequeños que sean, exponiéndolos a ambientes enriquecedores y pro-activos, incluyéndolos en verdaderos ambientes educativos y sociales. Estas conversaciones producirán entre setecientas a mil conexiones neuronales por segundo. He ahí la importancia de hablarles a los niños y bombardearlos de lenguaje desde el vientre, pero no como loros o máquinas reproductoras; sino como seres humanos basados en la comunicación, en el amor y en el desarrollo del vínculo de seguridad que será para toda la vida.
Cabe entonces mencionar que el recurso más valioso en el mundo del desarrollo de lenguaje es sin duda, el lenguaje de los padres.
¿Pero, y que pasa cuando mi hijo no desarrolla su lenguaje de manera natural? Entonces es cuando la intervención temprana de un especialista es de suma importancia.
Con base en lo anterior, podemos afirmar que cuando un niño presenta trastornos de lenguaje (cualquiera que estos sean), presentará trastornos cognitivos y de pensamiento. Un niño con falta de lenguaje se ve afectado en todos los procesos de comprensión y esto se va sumando a factores emocionales, sociales y de aprendizaje.
Como padres debemos actuar a la brevedad posible para intervenir y facilitar con el apoyo de especialistas, en este ramo el desarrollo de lenguaje, sin olvidar que el desarrollo de la persona se encuentra interconectado.
No debe verse el lenguaje como una isla separada de todo lo demás. El lenguaje esta interconectado con el resto de las funciones cerebrales y es por esto que la intervención en un niño con fallas de lenguaje deberá darse de manera integral, incorporando las otras áreas del desarrollo.
La terapia de lenguaje no debe empezarse hasta que el niño desarrolle su lenguaje verbal ya que el lenguaje se desarrolla de adentro hacia afuera; los niños tienen más lenguaje interno de lo que pueden expresar.
Se ha demostrado a través de estudios recientes de neurociencia que cualquier conexión cerebral que no se utilice antes de los 3 años será utilizada por otras partes del cerebro. Con base en dicho fundamento, resulta vital estimular todas las áreas del cerebro para ser utilizadas de manera funcional desde el inicio de la vida. Dicho de otra manera, si notamos que el lenguaje tanto a nivel de comprensión como a nivel de expresión en nuestro hijo no se está desarrollando de manera natural, debemos acudir con un especialista en el área que pueda evaluarlo y así proveer un trabajo activo tanto en casa como en terapia. Me parece importante recordar, que lo que se hace en terapia debe siempre intentar replicarse en casa, que es donde el niño pasa el mayor tiempo, lo cual generará el mayor impacto en el desarrollo del niño.
Me queda puntualizar la necesidad que existe en nuestros niños de ser estimulados por un lenguaje humano activo y no pasivo como hoy lo obtienen en un televisor, tableta o teléfono celular. Al igual que el hablarles a nuestros niños desde el principio de la vida y en caso necesario intervenir en apoyo al niño lo antes posible será lo mejor.
Como bien lo dice mi colega y amiga la Dra. Lilian Flores y lo expresa de manera clara “si cambiamos el inicio de la historia, cambiamos toda la historia”.