El 10 de mayo nos ha estremecido y transformado tradicionalmente en una explosión de festejos y regalos, simbolizando así el amor, la gratitud y admiración que sentimos hacia quienes nos han dado la vida y han tenido la experiencia mágica de ser madres.
Lamentablemente, ahora no es así, pues en nuestros días cruzan y laceran también lo mismo la violencia contra las mujeres, comenzando por la propia violencia intrafamiliar hasta los horrendos registros de feminicidios, y hoy aunado a la pandemia del COVID 19. Extiendo mi visión sobre el tema y aprovecho para convocarles a que leamos, veamos y reflexionemos más sobre estos temas, o bien, a que tengamos algunos títulos de libros muy presentes para nuestros obsequios.
Cómo no recordar “La Madre”, del célebre escritor ruso Máximo Gorki, quien a lo largo de la novela nos muestra como una simple campesina va más allá de la procreación para adquirir una conciencia social que la lleva a comprometerse con sus ideas de cambio y de justicia, dentro de la sociedad Zarista en que vive. O bien, literatura de nuestros días, como Mujeres del alma mía, de Isabel Allende. Al igual, remontémonos a la civilización griega y leamos o reeleamos Edipo y la tragedia que entraña con relación a su madre. O también, aproximarnos a “La Casa de Bernarda Alba”, obra de teatro que por igual se llevó al cine, del excelso hombre de letras de España y universal como lo es Federico García Lorca, quien nos muestra a una matrona y su peculiar forma de educar y controlar a sus hijas, muy de acuerdo a los usos y costumbres autoritarias y desde luego, resulta imprescindible nuestros días la literatura feminista de Simone de Beauvoir y su revolucionario libro “El segundo sexo” de esa época.
En todo caso, se trata de introducirnos más en los libros, el buen cine, y visitar -si es posible- exposiciones en nuestros museos y recintos culturales, para reencontrarnos, disfrutar y reflexionar esa dimensión eterna y consustancial a la humanidad que es la madre.
¡Felicidades a todas… hoy y siempre!