El arte de los textiles lleva a un tejedor indígena mexicano a exponer una conferencia en la Universidad de Harvard sobre la desmitificación de los estereotipos y presentar sus prendas.
Pero todo comienza en un pequeño poblado en el estado de Chiapas, conocido como Magdalena Aldama, donde como en otras tantas comunidades indígenas, la desigualdad económica y de género están presentes, ahi nace y crece el inquieto y talentoso, Alberto López Gomez, extraordinario artesano, reconocido actualmente en el alto mundo de la moda.
Alberto es el menor de 7 hermanos, su niñez y juventud transcurrían entre el trabajo de campo y la escuela rural, pero contaba siempre con una inquietud, aprender el bordado en los telares de cintura, herencia de sus tradiciones tzotziles y realizado por las mujeres de su comunidad. Sin embargo, su interés no era bien visto por el arraigo a tradiciones y costumbres machistas, por lo que su aprendizaje y desarrollo se gesta a través de su madre y hermanas, escondido entre las paredes de su casa.
Alberto fue un fácil aprendiz y desempeñó con destreza el laborioso proceso. Desde el curtido de los materiales de la lana del borrego y el algodón; el teñido de los hilos con la extracción de tintas naturales procedente de plantas y flores, como el cempasúchil, la cochinilla, sacatinta, cierto tipos de girasoles y la mazorca de maíz; el montaje de los hilos en el telar; la técnica, y sobretodo, conocer las historias que se narran a través de sus brocados. Textiles que exaltan los valores, el pasado, los orígenes, como un viaje de introspección a la naturaleza y un relato cosmogónico. Con voces que dibujan a través de colores, un mundo mágico y lleno de significado.
La creación de las prendas recorren los huipiles por excelencia (blusa o vestido bordado y que suele ser la vestimenta propia de los indígenas y mestizos de la parte sur de México y Centroamérica), hasta los rebozos, gabanes, cotones, sarapes, etc., que en ocasiones, puede llevarse hasta 9 meses de trabajo por la complejidad de sus detalles.
Años de proceso y perfección llevaron a que un día, Alberto convocara a sus compañeras indígenas a crear estas prendas para la venta y no solo para uso personal. Con un pequeño grupo de entusiastas, comenzó esta travesía en el mundo de la moda. Desplazandose a 4 horas de distancia de sus lugar de origen, a una ciudad turística llamada San Cristobal de las Casas, donde conoce a dos jóvenes, Fabiola y Tania, quienes tenían una pequeña galería y que permitieron a Alberto vender sus prendas y ofrecer talleres.
Como ocurre en un cuento, un buen día, como cualquier otro, un turista alemán extasiado por la técnica y terminado de las piezas de Alberto, le pide realizarle un video, que una vez editado y publicado, se vuelve viral, llegando a un conteo de 3 millones de visitas hasta el día de hoy. Ello abrió los ojos a miles de personas en todo el mundo y comenzó un despliegue vertiginoso de su carrera.
Hoy Alberto cuenta con mas de 150 “compañeras” como él las llama, mujeres indigenas de su comunidad y áreas cercanas, que junto con él, realizan bellas prendas que podrían considerarse como una perfecta trilogía entre arte, historia y diseño.
La calidad de su trabajo y el de sus compañeras, así como el reconocimiento de la técnica y la valoración de estas tradiciones, lo ha llevado a presentarse con un colección única llamada K’uxul Pok, en el Fashion Week de Nueva York, el pasado mes de febrero.
Muchos oportunidades se presentan para Alberto López Gómez, entrevistas, presentaciones, pasarelas, conferencias y principalmente la labor de extender su potencial y el de otras tantas personas que cuentan con un talento extraordinario y un profundo respeto y amor a su cultura y tradiciones; que seguramente veremos reflejado en los grandes escaparates de la moda, como un homenaje a su destreza.
Felicidades a Alberto López Gómez por atreverse a ser, por creer en lo que hace y por ayudar a cientos de hombres y mujeres indigenas que hoy con su trabajo, pueden alimentar y sostener a sus familias y preservar nuestras maravillosas tradiciones. Sin duda un arquetipo.
Claudia Esponda
Empresaria, escritora y conductora de medios