Hay días en los que todo parece monótono, en los que la rutina pesa más que de costumbre y la energía se siente estancada. Esta sensación de apatía, falta de motivación y desinterés por lo que nos rodea es lo que llamamos vibra gris. No se trata solo de un mal día, sino de un estado que, si se prolonga, puede afectar la productividad, la creatividad y la satisfacción personal y profesional.

Si alguna vez has sentido que el trabajo, la escuela o la vida cotidiana se han convertido en un conjunto de tareas repetitivas o que tu equipo ha perdido el entusiasmo, es posible que estés en un entorno dominado por esta sensación. 

Afortunadamente, no es una condición permanente y existen estrategias para transformar la energía estancada en un motor de motivación y acción. Aunque como tal no es un término que provenga de la psicología, sí es un fenómeno que podemos entender a través de ella.

El psicólogo Martin Seligman, a través de su teoría de la indefensión aprendida, explica cómo las personas pueden caer en un estado de apatía y desmotivación cuando experimentan repetidos fracasos o situaciones que perciben como incontrolables. Esta falta de control sobre su entorno genera un sentimiento de resignación, similar a lo que ocurre con la vibra gris, donde la rutina, la falta de propósito y la ausencia de estímulos pueden hacer que las personas se sientan atrapadas en una monotonía sin motivación para cambiar su realidad.

Por otro lado, Mihály Csíkszentmihályi, con su teoría del flow, sostiene que la verdadera satisfacción y motivación surgen cuando nos encontramos en un estado de concentración total en una actividad desafiante pero manejable. Esta sombra emocional podría interpretarse como lo opuesto al flow: cuando las tareas son repetitivas, carentes de reto o significado, las personas pierden el sentido de disfrute y conexión con lo que hacen. 

Ambos autores, Seligman y Csíkszentmihályi, fueron pioneros en la psicología positiva, una corriente que surge en este siglo y que no solo busca tratar el malestar psicológico, sino también potenciar el bienestar, la creatividad y la realización personal. Desde esta perspectiva, salir de este clima emocional apagado implica encontrar pequeñas fuentes de satisfacción, establecer objetivos significativos y generar hábitos que fomenten un estado de flow y bienestar.

¿Qué es la vibra gris y cómo se manifiesta?

Es el sentimiento de rutina sin propósito, la impresión de que cada día es igual al anterior sin un verdadero incentivo para el cambio. Este estado no solo afecta la actitud individual, sino que se propaga en los ambientes, generando una cultura de conformismo y desmotivación colectiva con consecuencias significativas en la productividad y la salud mental.

Puede presentarse en diferentes tiempos y espacios:

  • En lo personal, al sentir que se vive en piloto automático, sin emoción por los proyectos o actividades diarias.
  • En lo laboral, cuando te enfrentas a un equipo sin energía, con baja creatividad y falta de entusiasmo por los objetivos.
  • En el entorno, estando en lugares de trabajo o círculos sociales donde predomina el pesimismo o la falta de inspiración y sientes que te van robando la energía.

A veces eres tú el que está inmerso en este clima emocional apagado, a veces quienes te rodean. Sea como sea es de fundamental importancia estar atento a las señales de alerta, entre las que te puedo compartir algunas con las que yo me enfrento y logro identificar:

  • Cuando notas que tu equipo de trabajo deja de ser productivo, trabaja más lento y con menos compromiso.
  • Se pierde la chispa creativa, las ideas nuevas no surgen y la innovación se ve afectada.
  • Se incrementan los niveles de estrés y desgaste emocional, ya que el agotamiento mental se intensifica sin una fuente de inspiración.
  • Y nos enfrentamos a un marcado desinterés por los objetivos personales y profesionales, generando un sentimiento de estancamiento.

Este ambiente sin chispa, caracterizado por una cultura de conformismo y energía estancada no se genera porque sí. Detrás de ello hay elementos que la alimentan y que, en algunos casos, se normalizan. ¿Te suena familiar alguno de estos?

  • Liderazgo sin inspiración, detonado por jefes que no motivan, no escuchan y no reconocen el trabajo de sus equipos. Quizás ellos están viviendo lo mismo y no lo han notado, pero lo transmiten, o quizás se sienten tan inseguros hacia otras conductas que es su forma de brillar. 
  • Ambientes rígidos y poco flexibles. Seamos honestos, cuando no hay cabida para la creatividad o el cambio, las personas pierden el interés y la iniciativa.
  • Rutinas repetitivas, hacer lo mismo una y otra vez sin desafíos o aprendizajes nuevos genera apatía.
  • Buscar relaciones tóxicas, el hecho de rodearse de personas pesimistas o que desvalorizan el esfuerzo puede intensificar la sensación de estancamiento, debilitando la confianza en uno mismo y disminuyendo la energía para enfrentar nuevos retos. 
  • La ausencia de un propósito claro que puede llevar a una desconexión con el entorno y a una sensación de vacío que, a largo plazo, afecta la satisfacción personal y profesional. Cuando no se encuentra un significado real en lo que se hace, es difícil mantener la motivación, ya que las tareas se perciben como obligaciones vacías en lugar de oportunidades de crecimiento. 

Desde luego que tampoco propongo que caigas o busques un positivismo exacerbado. La vida está llena de contrastes y no quiere decir que nunca vayamos a pasar por momentos así, todos tenemos altas y bajas, son inevitables, lo importante es identificar cuándo están tomando el control para revertirlos antes de que se conviertan en la norma.

La vibra rosa: el otro lado del espectro

La buena noticia es que la niebla mental que nos provocan estos llamémosles espacios descoloridos no es irreversible. Con algunos ajustes en la mentalidad y el entorno, es posible recuperar la energía y transformar un espacio sin inspiración en un ambiente dinámico y estimulante.

Así como existen momentos de baja energía, también hay días llenos de inspiración y entusiasmo, lo que podemos llamar vibra rosa. Es esa sensación de optimismo, creatividad y ganas de avanzar. La vida está llena de matices entre estos dos extremos, y aprender a navegar entre ellos es clave para mantener un equilibrio saludable.

Algunas estrategias para recuperar la motivación pueden ayudar a generar esta dinámica, te comparto algunas que me vienen a la mente.

  • Cambio de entorno, hacer pequeños cambios en el espacio pueden generar una gran diferencia en el estado de ánimo. Mejor iluminación, elementos creativos o simplemente reorganizar el área de trabajo pueden dar una sensación de renovación.
  • Rompe la rutina con acciones disruptivas, prueba nuevas estrategias de trabajo, cambia de actividades o aprende una nueva habilidad, te pueden ayudar a recuperar el entusiasmo.
  • Inspira a otros, si tienes un equipo a cargo, ser un líder que motiva y reconoce el esfuerzo de los demás puede marcar la diferencia. Escuchar, brindar retroalimentación positiva y fomentar la autonomía ayuda a evitar el estancamiento.

Las estrategias personales también cuentan, y mucho, para fomentar la vibra rosa, es importante cultivar la gratitud, auto celebrar pequeños logros y buscar actividades que generen alegría genuina. No es cuestión de forzar la felicidad, sino de reconocer que, incluso en días de oscuridad, siempre hay un destello de color que podemos potenciar.

Aún dentro de la atmósfera opaca de un lugar o momento, démonos el tiempo para reconocer lo que sí funciona para ayudarnos a cambiar la perspectiva, mantener la mente activa y evitar el aburrimiento.

La motivación se construye

¿Te das cuenta ahora que este horizonte sin brillo no es un destino final, sino un estado del que se puede salir con las estrategias adecuadas? 

Todo comienza con un cambio de mentalidad y pequeñas acciones que generen movimiento. En lo personal y en lo profesional, cada decisión cuenta para convertir el entorno en un espacio vibrante, inspirador y motivador.  

Si sientes que este estado de apatía está presente en tu día a día, recuerda que tienes el poder de cambiarlo. Adoptar una mentalidad más abierta, rodearte de personas que te impulsen y encontrar propósito en lo que haces marcará la diferencia. 

No se trata de evitar los días difíciles, sino de aprender a equilibrarlos con momentos de entusiasmo y creatividad. Al final, la vida no es solo gris o rosa, sino una combinación de matices en los que tú decides cómo pintar tu camino. Todo comienza con un paso. ¿Cuál será el tuyo?