De pronto una población de un poco mas de 15,000 habitantes a 80 millas al oeste del centro de San Antonio y 54 millas al este de la frontera entre México y Estados Unidos, se dio a conocer en todo el mundo. Lamentablemente no por buenas razones, sino por la trágica e inesperada muerte de 19 niños y 2 adultos bajo un tiroteo realizado por un joven de 18 años, el pasado 24 de Mayo.
Noticias como esta nos impactan hoy todos los días, la violencia de la que somos víctimas todos, personal o no, nos ejemplifica que hay actos y acciones que son vitales reconsiderar hoy.
Reciente la CNN en Español señaló que han habido al menos 212 tiroteos masivos en los Estados Unidos este año, según el Archivo de la Violencia Armada o Gun Violence Archive (GVA, por sus siglas en ingles), -una organización sin fines de lucro que rastrea la violencia armada en el país-, entre las que se cuentan los casos que enlutan a Buffalo, en el que un joven de 18 años asesinó a 18 personas, y la de Uvalde, Texas. Lo que suma en promedio, más de uno al día hasta hoy.
Podría considerarse esto como el situarnos en la matrix de estas películas muy comunes hoy en día en los canales de cable. No parece claro si ¿La realidad se asemeja a lo virtual o lo virtual es un reflejo más de nuestra realidad?
Hoy no evaluar políticas y usos y costumbres, sin preguntarnos si son necesarios, o por el contrario, si afectan a nuestra sociedad, comunidad o grupo, es un acto irresponsable.
Todos sabemos, y es muy descarado en ciertos casos, conocer las intenciones de mantener o establecer ciertas políticas que benefician a algunos y afectan a muchos, y aunque al parecer poco podemos hacer al respecto, no será así, si elevamos y sumamos nuestras voces para hacernos escuchar. Como es el caso de aquellas concernientes a la portación y uso de armas.
La dinámica aleatoria sobre este temas se ha inclinado hacia una cuestión política y económica, y no social. Políticas como la adoptada en el Estado de Texas el pasado 5 de Mayo del 2021, donde el Senado aprobó el proyecto para la portación de armas sin licencia, vemos que no benefician en nada a la comunidad.
Para junio de 2021, el gobernador Abbott firmaba siete proyectos de ley para flexibilizar el acceso a las armas, declarando que Texas sería el “bastión de la libertad” en EE.UU.
Obviamente acciones como la ocurrida en Uvalde, no son bastiones de los que nadie quiera jactarse, sobre todo cuando esta tragedia fue sustentada por la facilidad con la que un joven de 18 años sin antecedentes, puede libremente adquirir dos fusiles semiautomáticos tipo AR15 y 370 rondas de municiones, como ir de compras al supermercado.
Nos jactamos del progreso, de todos los avances que tenemos en la ciencia, la tecnología y en el desarrollo económico e industrial, pero estamos fallando en lo básico, la humanización, consistente en proporcionar cuidados a las personas de manera solidaria, digna, con respeto, empatía, teniendo en cuenta sus decisiones y sus valores.
Vivir en un mundo plagado de violencia, no es vivir y permitir que los niños, jóvenes o adultos mueran bajo un tiroteo, tampoco lo es.
Hagamos consciencia de nuestras demandas, de nuestros actos y de nuestras palabras, para que sirvan a fortalecer nuestro futuro y el de nuevas generaciones, en un mundo sin violencia, con valores, y donde exista la garantía de que nuestros niños regresarán a casa, después de un día de clases.