México es un pueblo muy apegado a costumbres y tradiciones como el Día de muertos, donde las calaveras corren una suerte representativa muy importante para los mexicanos implícita en nuestra manera de festejar la muerte y celebrar la vida. Por ello La Catrina se ha convertido en una imagen mexicana por excelencia.
Muchos ejemplos lo han reflejado, como la película del agente 007, Spectre que comienza con un espectacular desfile del Día de muertos, dónde las calacas y catrinas ocupan un lugar principal.
Pero bueno, adentrémonos en la historia de La Catrina, cuya palabra se desprende de “Catrín”, que define a un hombre elegante y bien vestido, generalmente acompañado de damas con las mismas características. Este nombre representaba la imagen clásica de la aristocracia mexicana de fines del siglo XIX y principios del XX manifiesta en muchos ámbitos, entre ellos los círculos políticos que comienzan con el gobierno de Benito Juárez, seguido de Sebastián Lerdo de Tejada y el General Porfirio Díaz.
Los esqueletos y las calaveras crecieron su popularidad bajo una forma común de crítica y denuncia política y social en las publicaciones de la época por varios caricaturistas como: Constantino Escalante , Santiago Hernández y Manuel Manilla.
El origen de La Catrina proviene de un grabado del caricaturista Jose Guadalupe Posada, quien le dio el nombre de Calavera Garbancera. «Garbancera» es la palabra con la que se conocía entonces a las personas que vendían garbanzo y que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos -españoles o franceses-, negando su origen y cultura.
Posteriormente el celebre muralista mexicano Diego Rivera, plasmó una calaca elegantemente ataviada en uno de sus murales, convirtiendo a “La Calavera Garbancera” en “La Catrina”. En el mural llamado “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (1947), se le dio el atuendo que hoy la caracteriza: Estola de plumas, falda larga afrancesada y gran sombrero; acompañada de su creador, José Guadalupe Posada; una versión infantil De Diego Rivera y Frida Kahlo; y representando al pueblo y la cultura mexicana de la época.
La tradición se fue enriqueciendo al acompañar a La Catrina en las publicaciones de los periódicos, con las famosas “Calaveritas”, que no son mas que composiciones de versos en vísperas de el Día de muertos, para hacer mofa tanto de vivos como de muertos, siendo una manifestación más, de la cultura popular mexicana.
La Catrina es parte inherente de la cultura mexicana, una aportación de México para el mundo.
En muchos lugares se podrá hablar o retratar a la muerte de muchas formas, pero siempre que se vea a La Catrina, sabremos que se habla de México.