Existen aún muchas incógnitas sobre cómo nos sobrepondremos a esta crisis, que nos ha mostrado la vulnerabilidad y el miedo, pero también la solidaridad y el optimismo del que somos capaces.
Nos hemos descubierto como seres diferentes, que vivíamos en mundos distantes, aun de nuestras propias familias; extraídos de muchas cosas que nos hacían sentir plenos y felices; viviendo apresuradamente para cumplir con cosas y compromisos como si hubiéramos sido arrasados por las olas; anhelando siempre estar, donde no estábamos; y a fin de cuentas descubriendo que lo más importante lo teníamos al alcance de la mano; el amor, la confianza, la empatía, la resiliencia, la capacidad y muchas otras cosas.
Hoy se cubren perdidas sin duda, pero también muchas ganancias. Quizás reencuentros; tiempo con los hijos; la oportunidad de reinventarse; de aprender; quizás lecciones de vida; respeto a la salud; humildad; pero lo más importante es que hoy contamos con una nueva visón sobre el efecto que podemos causar en nuestro entorno, en nuestra vida, y en la de los demás.
Poco a poco iremos haciendo un evalúo del impacto, pero aún si este no hubiera sido del todo positivo, estoy segura que puede encauzarse de manera favorable, de lo que sí estoy segura, lo queramos o no, es que éste tiempo marcará un antes y un después.
Algunas de las preguntas que suelo hacerme es ¿Cómo se verán reflejados estos cambios en el futuro?, y sin duda, una de las mas claras manifestaciones de ello serán las dadas por nuestros niños y jóvenes.
Ellos tuvieron 4, 6, 8 semanas para tomar un curso intensivo de cómo se resuelve la vida, cómo se manejan las relaciones, cómo se enfrenta el miedo o se crece en la confianza, porqué son importantes los hábitos, qué es una familia, en dónde radica la fortaleza…
Nos adentramos sin pensarlo en el boomerang de la consciencia colectiva, a la que algunos filósofos describen como alucinación colectiva, basándose en que todo es un reflejo de nuestras propias percepciones, así que el resultado dependerá en cuales son las percepciones que obtengamos de todo ello y cómo las apliquemos.
Espero que sean favorables para recuperar, no solo la salud física, sino también la mental y la espiritual, y poder rescatar de ésta experiencia lo que tenga valor, y así comenzar, una nueva era para todos.
Claudia Esponda
Fundadora de Meraki Magazine
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