La Trofología es una filosofía de vida. Basa la alimentación en una dieta libre de animales o de productos que procedan de su explotación. Los alimentos se consumen respetando la combinación o compatibilidad digestiva entre ellos y deben de ser, de ser posible, cultivados del modo más natural posible.

Esa compatibilidad de la Dieta según la trofología se basa en que la digestión segrega distintos ácidos o jugos digestivos según el tipo de alimento que tenga que digerir. Los alimentos proteicos necesitan enzimas y jugos gástricos distintos de los cereales. Si los tomamos juntos se produce una mezcla de jugos con funciones distintas. La digestión no será lo suficiente eficaz y eso derivará en mala digestión y una mala absorción de nutrientes.

Cuando el especialista quiere aconsejar una dieta según la trofología, siempre lo hace de forma individualizada, ya que toma en cuenta de cada individuo, la constitución, el historial médico, el estado actual, el tipo de trabajo, la estación del año y el objetivo que perseguimos con estos cambios, entre otros datos importantes.

La idea primordial es que la persona entienda que le ha llevado a la enfermedad y que aprenda a observarse y conocer qué le conviene en cada momento.

Lo que va bien

  • Frutas secas y miel: Con frutas frescas dulces.
  • Leche, queso y huevos: Con cereales, feculentos y legumbres.
  • Cereales, trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con verduras, raíces o frutas dulces u oleaginosas.
  • Feculentos o tubérculos farináceos: Con verduras y zumo de uvas.
  • Legumbres: Con verduras y mantequilla.
  • Pan, queso, yemas de huevo y nata: Con frutas frescas, dulces en compotas.
  • Verduras, raíces y tomates: Con aceites, frutas óleas y huevos.
  • Frutas dulces: Con yema de huevo y pan.
  • Aceites y frutas oleaginosas: Con tomates, calabazas, berenjenas y ensaladas.
  • Aceites, verduras y raíces: Con huevos, patatas, cereales o legumbres secas.
  • Hortalizas (lechugas, apio, achicoria, etc): Con cereales o patatas.
  • Ensaladas de hojas, tallos o raíces: Con aceite, cereales o patatas.
  • Nueces y aceitunas: Con cereales, hortalizas.
  • Queso fresco : Con cereales, pan o patatas.
  • Arvejas, frijoles, lentejas, garbanzos, etc, con hortalizas.
  • Cereales (trigo, maíz, arroz, avena, etc, con frutas secas dulces.
  • Huevos bien cocidos, con toda clase de vegetales.
  • Pan integral, con frutas dulces, hortalizas, leche, miel, huevos, aceite.

Lo que va mal

  • Huevos, leche o queso, con miel, frutas frescas o secas.
  • Cereales y legumbres, con castañas o plátanos.
  • Cereales, trigo, maíz, arroz, avena, etc. con papas, fideos, masas.
  • Cereales y feculentos, con frutas ácidas.
  • Frutas oleaginosas y aceites, con frutas dulces, miel y azúcares.
  • Crustáceos, carnes, peces y aves, con frutas frescas y dulces.
  • Vinos y sal, con sandía o leche.
  • Limón, otras frutas ácidas y vinagres, con tomates, leche, castañas, plátanos, cereales, feculentos y legumbres.
  • Leche, queso y huevos, con ensaladas crudas, hortalizas, tomates o frutas jugosas.
  • Huevos, con queso o leche.
  • Frutas, con hortalizas.
  • Miel o azúcar, con hortalizas.
  • Aceitunas o nueces, con miel, azúcar o frutas dulces.

Para evitar los inconvenientes de las malas combinaciones, la mejor regla será simplificar cada comida a uno o dos productos, variando éstos en las distintas comidas del día, para proporcionar al organismo los variados materiales que necesita y que son azúcares, albúminas (poca para los adultos), hidratos de carbono y sales minerales.

La cantidad es también otro factor que interviene en la digestión, siendo la regla general que para asegurar ésta, jamás de debe comer sin hambre y que toda comida debe terminarse dejando algún deseo por satisfacer pues nos alimentamos de lo que el cuerpo asimila y no de lo que introducimos en exceso.

Ejemplo de un  menú de una dieta según la trofología

Desayuno

  • Zumo de fruta. Lo ideal es no mezclar frutas pero en todo caso no mezclar nunca frutas dulces y ácidas. Al cabo de unos minutos podemos tomar alguna fruta (no zumo).

Media mañana

  • Elegir entre: pan integral, galletas integrales, frutos secos, productos lácteos.

Almuerzo

  • Primer plato: ensalada a base de productos de la estación. Ir variando para tener más riqueza de nutrientes. No olvidar los germinados.
  • Segundo plato: Los cereales, las legumbres o la patata son una combinación perfecta. Al vapor, horno y plancha son las cocciones ideales. Freír siempre es la peor manera de cocinar ya que los alimentos quedan desvitalizados y sin apenas nutrientes.
  • Postre: manzana en todas sus variantes (cruda, al horno, compota)

Merienda

  • Podemos tomar fruta con yogur. Merendar es muy importante a fin de que no lleguemos a la cena con demasiado apetito.

Cena

  • Es importante no irse a dormir con el estómago lleno o inmediatamente después de cenar. Se recomienda cenar poco y suave.
  • En invierno puede ser una sopa de verduras, crema de verduras o de fruta y algún alimento proteico (queso, yogur o un huevo ecológico).
  • Alimentos como la levadura de cerveza, los germinados y las algas ayudarán a aumentar los nutrientes de esta dieta.

Al principio lo ideal es buscar a un nutriólogo y especialista en trofología.

Paul Geoffre Stephens

Paul Geoffrey Stephens

Nutriólogo, entrenador personal y creador del programa Wellness Point.

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