En este mes del amor y la amistad mi interés se ha centrado en comprender un poco mas los conceptos sobre la amistad a los que quiero hacer referencia en esta editorial.
Hemos entendido la amistad como un compromiso mutuo, un dar y recibir, como una necesidad y como un gusto, como una oportunidad y un privilegio, y creo que todas estas interpretaciones son correctas, pero ¿Que hay más allá de ello?
Sin negar todos esos atributos que conocemos y que nos han marcado al encontrar un buen amigo o una buena amiga, encontramos también grandes beneficios tales como el que nos da felicidad y nos reduce el estrés, nos ayuda a mejoran nuestra auto confianza y autoestima, a enfrentar momentos difíciles como un divorcio, una enfermedad, la pérdida de trabajo o la muerte de un ser querido, y nos anima a cambiar o a evitar hábitos.
Es cierto que es saludable mantener una buena cantidad de amigos, pero la calidad siempre será primordial, porque en esas relaciones estrechas es donde nos reconfortamos y donde se encuentra la verdadera cara de quiénes somos y la proyección de lo que podemos llegar a ser.
Seguramente muchos de ustedes como yo se preguntarán ¿Porque si todos buscamos un buen amigo y estamos dispuestos ha serlo, es tan difícil encontrar uno o mantener los que tenemos? Quizás la causa principal es porque no entendemos que las amistades, cómo cualquier otra relación, implican esfuerzo, consideraciones y tiempo.
Muchas gentes por otro lado se quejan de no encontrar amistades por su carácter o personalidad. El ser introvertido o reservado no tiene nada que ver con eso. No se trata de aventar pétalos de rosas por la calle buscando un amigo, pero si de estar abierto a escuchar y prestar atención a lo que nos circunda, o mejor aún, provocarlo, buscando gente que comparta los mismos intereses, (un club de lectura, trabajo voluntario, un curso o taller, caminar), esos son espacios donde encontrarás gente afín, que te ayudará a iniciar una relación, en la que por principio, se compartan los mismos gustos e intereses.
Creo que a fin de cuentas para cultivar las amistades lo más importante es construir la confianza y la compasión; fundamentarla bajo el respeto de las opiniones, creencias y formas de vida del otro, y conseguir esa reciprocidad. El escuchar abriendo nuestros oídos al mismo tiempo que nuestros corazones. El tener atenciones para cuidar a nuestros amigos con muestras de cariño que sabemos son importantes para el otro. El estar dispuesto a perdonar, que es una de las muchas causas por las cuales amistades de toda la vida, se pierden en un segundo. Tener la disponibilidad para estar ahí cuando se requiera, y sobre todo ofrecer amor sin juicios.
Estoy convencida que hay amistades que llegan a tu vida en el momento que las necesitas aunque se queden por un corto periodo de tiempo, otras que permanecen por años y otras más, que te acompañarán toda la vida.
Dedico esta reflexión a todas mis amigas; aquellas que forman parte de mi pasado, las que me acompañan el día de hoy y muy en especial a Carmen Hinojosa, Eloisa Quero (QEPD) y como un hasta pronto, a la reciente partida de mi amiga Gaby Manzo QEPD (Febrero 6, 2021).