El camino por buscar mejores oportunidades de vida, desarrollarse profesionalmente en otros países o la necesidad de abandonar el lugar de origen, lleva a muchas familias inmigrantes a enfrentar innumerables retos que no solo tienen que ver con el idioma o la cultura, sino sobretodo, en estas fechas tan emotivas, con la lejanía de nuestros familiares y amigos.

Sin embargo, durante esta estancia aprendemos a buscar otros caminos para relacionarnos y encontrar ese refugio de compañía, apoyo y cariño que dejamos atrás, y lo hacemos con el encuentro de nuevos amigos que vamos formando y que en un momento se convierten en una nueva familia. La familia que elegimos, que nos enriquece y acompaña en este exilio voluntario.

A veces no es tan fácil encontrar un verdadero amigo o amiga, pero una vez que se tiene, se convierten en un regalo invaluable, son aquellas personas con las que compartimos confidencias, alegrías y tristezas y con las que nos atrevemos a ser vulnerables, mostrando que las conexiones del alma, en ocasiones son tan fuertes y valiosas como las conexiónes sanguíneas.

Para todos aquellos que hoy no tenemos la posibilidad de realizar esta cena de Navidad o Fin de Año en casa con nuestros padres, con nuestros hijos, hermanos, tíos, nietos y sobrinos, acerquémonos y fortalezcámos los vínculos de fraternidad con nuestra familia elegida, demostrándoles nuestro amor y agradecimiento, por estar en nuestras vidas.

Y para todos aquellos que podrán reunirse con sus familiares, qué mejor que hacer de estos días una oportunidad para reconectarse y expresar su amor a sus seres queridos, agradeciéndoles por contar con ellos, aún en la distancia.

Doy gracias infinitas a todas mis amigas y amigos, que han compartido mi camino durante estos 16 años en los que he vivido en el extranjero, a los que siempre me han reconfortado con sus palabras de aliento, su compañía, sus consejos, con los que hemos pasado extraordinarios momentos de alegría y diversión, y sobretodo a los que me han brindado su apoyo incondicional, convirtiéndose en mis hermanas y hermanos de corazón.

Que esta temporada sea una época de reflexion, agradecimiento y expresión de amor para todos nuestros seres queridos, incluyendo aún a los que no ya están a nuestro lado.

Les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo