Aprovechando el reciente estreno del reciente film de Pedro Almodóvar: Madres paralelas, tanto en cines como en Netflix, decidí que escribir sobre su más reciente película es indispensable, como lo es también hablar de su extensa filmografía y de su estilo de contar historias que se ha convertido en icónico y único, no sólo en el cine de habla hispana sino en el extenso lenguaje cinematográfico mundial.
Pedro Almodóvar Caballero nació un 25 de septiembre de 1945 en Ciudad Real en España, dirigió su primer filme en 35 mm en 1980, Pepe, Lucy, Bom y otras chicas del montón, formó parte de la ¨Movida madrileña¨ de los ochentas, hizo teatro, escribió novelas e hizo música antes de consagrarse como director y guionista en 1984 con la película: Qué he hecho yo para merecer esto, protagonizada por Carmen Maura, su actriz fetiche en los primeros años.
A partir de ahí desarrollaría su estilo costumbrista, anti-establishment, escandaloso y provocador, con escenarios marginales en donde se incluyen el sexo, las drogas, la corrupción policial, la prostitución y la homosexualidad, todo eso aderezado con un humor irreverente y voraz.
En 1986 crea su propia productora: ¨El deseo¨ junto con su hermano Agustín, y las primeras producciones serían: La Ley del deseo (1987), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), ¡Átame! (1990) y Tacones Lejanos (1991), las cuales le traerían el éxito y el reconocimiento internacional, como su primer Goya por Mujeres… en 1988. A partir de ahí vendrían más películas como Kika (1993), que no tuvo tanta repercusión y la inolvidable Todo sobre mi madre (1999) con la que se consolidó definitivamente y que le valió su primer Oscar como Mejor película de habla no inglesa, también ganó un BAFTA en la misma categoría, el Goya como Mejor película, y fue reconocido en el Festival de Cannes como Mejor Director.
Dignas de mención son: La Mala Educación ( 2004) en donde plasma su aguda crítica anticlerical, Volver (2006), un drama con toques autobiográficos con otra de sus musas, Penélope Cruz y el regreso de Carmen Maura, otro éxito memorable fue La piel que habito (2011) con Antonio Banderas, quien había trabajado antes en ¡Átame!, lo que le valió cuatro premios Goya y el BAFTA como mejor guion original, Los amantes pasajeros(2013) que fue su regreso a la comedia, Dolor y Gloria (2019)representó un regreso exitoso y en 2020 hizo su primer filme en inglés: La voz humana, un corto protagonizado por Tilda Swinton basado en un monólogo de Jean Cocteau.
Es famosa su afición por los boleros, por Chávela Vargas y por sus famosas ¨Chicas Almodóvar¨ como cariñosamente se conoce a las actrices que aparecen en sus películas, lo que se considera un elogio y un honor.
Y es dentro de esta última etapa de su carrera cinematográfica, que se califica como introspectiva, que se inscribe su más reciente film: Madres paralelas (2021) y del cual nos ocuparemos a continuación.
Debo confesar que el cine de Almodóvar me ha acompañado a lo largo de los años y mis primeros encuentros fueron en las ya clásicas muestras de Cine de la Cineteca Nacional en la Ciudad de México, siendo yo muy joven y ansioso por ver mucho cine; probablemente la primera película que vi fue Mujeres y vinieron muchas más, en las que además de disfrutar de las buenas historias empecé a entender el idioma tan peculiar de sus personajes entrañables.
En cuanto me enteré a través de la Radio que ya estaba disponible la nueva aventura del cineasta español, me di a la tarea de verla, no pudo ser en el cine debido a las condiciones actuales, pero la vi en Netflix, que ha sido una de nuestras ventanas al cine durante estos años de pandemia.
Madres Paralelas (2021) se estreno en octubre del año pasado y es protagonizada por Penélope Cruz, Milena Smith, Aitána Sánchez-Gijón, Israel Elijalde, Rossy de Palma y Julieta Serrano, la fotografía corre a cargo de José Luis Alcaine y el guion y dirección por supuesto, por Pedro Almodóvar. Es la historia de dos mujeres, Janis y Ana que coinciden en el mismo hospital cuando están a punto de dar a luz, las dos son solteras y quedando embarazadas accidentalmente, Janis es mayor y está feliz mientras que Ana está asustada y traumatizada, las dos platican brevemente en los pasillos del hospital y crearan un vinculo que cambiará el rumbo de sus vidas.
Lo primero que nos llama la atención al ver la película es la excelencia técnica que desborda: La fotografía es magnífica, resaltan los colores brillantes, rojos, amarillos, que han caracterizado la filmografía de Almodóvar; otro aspecto sobresaliente es el manejo de la cámara, los primeros planos, el como vemos esas calles de Madrid o del pueblo de Janis, lo que nos asombra es la estética de la imagen, se nota de inmediato que estás ante una película de un gran realizador y no ante esas películas de bajo presupuesto y poca creatividad que abundan en esta plataforma.
En relación con el guión, la historia tiene dos vertientes: el drama de las dos mujeres por un lado y el reclamo histórico-político de los muertos en la guerra, hay una conexión muy viva entre las mujeres como estandarte de la sociedad, su fortaleza, el que se queden solas y salen adelante, y un país que sigue luchando por contestar todas las preguntas de las nuevas generaciones, las que también viven el duelo de sus muertos.
Se ha hablado mucho y bien de la gran actuación de Penélope Cruz y estoy de acuerdo, su personaje sintetiza el espíritu del film: tierno, político, liberador y transgresor, no en vano tiene una nominación al Oscar como Mejor Actuación de una actriz en papel protagónico, pero tampoco dejamos de lado el talento de Milena Smit, Israel Elejalde, el rencuentro con Rossy de Palma y la siempre elegante e impecable Aitána Sánchez-Gijón.
En suma, una película que marca el regreso de quien nunca se ha ido, un Almodóvar cada vez más interesante. Y si alguien todavía no lo conoce, ésta es una magnifica oportunidad para empezar a entender su universo fílmico.