Hablamos de comunicación todos los días y es algo que damos por hecho, porque desde que nacemos es un proceso que comenzamos a aprender y a ejercitar y que se puede ver influenciado por una multiplicidad de factores que determinan si nos logramos comunicar bien o mal. Y no hablamos únicamente de gestos o palabras, ya que el contenido psicológico del proceso de comunicación se basa en la comprensión mutua entre las personas, en cómo se relacionan, los sentimientos que genera y las opiniones que crea en quienes intervienen en ella. Dicho de otra forma, se generan relaciones emocionales a través de los mensajes que emitimos todos los días y en todo momento.

La comunicación es un asunto muy serio con el cual no podemos jugar porque en ella intervienen necesidades conscientes e inconscientes que las personas requieren satisfacer. Esto hace indispensable la responsabilidad del comunicador como un factor central del proceso.  

Comunicar y comprender son dos términos que nos llevan a una profunda reflexión sobre la persona y que deberíamos tener presentes en todo momento porque, además, es aquello que se convierte en nuestro vehículo primario para darle significado a la actividad humana.

Sin duda alguna, la comunicación tiene un efecto psicológico entre sus participantes, pero también interviene en los procesos cognitivos y algo muy importante: en el construccionismo social, es conformadora de grupos, puede homogenizarlos o separarlos a través de los mensajes que se generan.  

Hay un viejo dicho que pregona que información es poder, yo te diría, comunicación es poder, porque logra impactar en todos los aspectos de la vida de las personas, por ello la importancia de estar conscientes del valor que representa y de cómo podemos generar un efecto mariposa con tan solo algunas palabras o acciones.

Desde luego que no intento entrar en el terreno de la teoría comunicativa, pero siempre es importante partir de preguntas fundamentales:

¿Qué quiero decir?

¿A quién se lo quiero transmitir?

¿En qué momento debo hacerlo?

¿Cómo logro claridad en el mensaje para que sea correctamente comprendido?

¿Instrucciones correctas, resultados erróneos?

José Antonio Paoli define a la comunicación como “el acto de relación entre dos o más personas, mediante el cual se evoca en común un significado”. Si no se logra este significado común, la comunicación no será efectiva. Si te enfrentas a momentos en los cuales cuestionas que tú dijiste algo y fue interpretado de forma diferente, o generaste una instrucción y el resultado no fue el esperado, podría afirmarte que seguramente estás enfrentando un problema de comunicación.  Quizás por desconocimiento, quizás por soberbia, o quizás por falta de interés, podemos creer que enviamos el mensaje correcto y de forma perfecta, sin embargo, quien recibe nuestro mensaje lo entiende de forma diferente. El error muy probablemente sea de nuestra parte, porque no supimos codificar adecuadamente el contenido de la comunicación, no elegimos el canal indicado, estuvimos fuera de contexto o simplemente no estuvimos atentos a la retroalimentación de esta persona. 

¿Más personas, comunicación más compleja?

Podemos afirmar que la comunicación se ve afectada en función del número de participantes en el proceso, a medida que el número crece, aumentan el ruido y las barreras que deberá superar para verse completada. Recordando muy rápidamente las bases de la teoría de la comunicación, ésta puede entablarse desde con uno mismo hasta con las grandes masas. Del número de participantes dependerá el enfoque y los medios que se utilicen:

Intrapersonal

Sólo participa en ella un individuo: “Yo”, por lo tanto, se trata de un proceso absolutamente reflexivo que resulta totalmente personal y en el cual interactúan de forma alternada nuestro consciente y nuestro inconsciente, llevándonos a la toma de decisiones sobre los temas más variados.

Quizás es el primer tipo de comunicación que tienes en el día, ya que el emisor y el receptor son una misma persona. Cotidianamente nos enfrentamos a este tipo de comunicación al hablar con nosotros mismos. 

Interpersonal

Es una de las formas de comunicación más cotidianas.  Se da en forma directa entre dos o más personas que se encuentran cerca la una de la otra, utilizándose en ella uno o más de sus sentidos y existiendo una retroalimentación inmediata.

Gracias a ella nos relacionamos con nuestros semejantes a lo largo de toda nuestra vida, la utilizamos para el desarrollo de todas nuestras actividades, ya que, desde las más básicas hasta las más complejas, todas requieren de comunicación.

El emisor y receptor son interdependientes y en la medida que el proceso se va generando, van adoptando sus roles en forma alternada.

Grupal

Este tipo de comunicación podría tomarse como un intermedio entre la comunicación interpersonal y la masiva. Se caracteriza porque el mensaje va dirigido a grupos pequeños, se da en condiciones restringidas y los participantes tienen una reciprocidad intelectual. El mensaje se transmite en forma rápida y llega mucha gente a la vez. Dependiendo de las dimensiones del grupo en ocasiones se requiere de un vehículo técnico para la transmisión del mensaje.

Masiva

Se refiere a grandes auditorios cuyos miembros son heterogéneos y anónimos. Aunque comparten características y experiencias similares, erróneamente los hemos denominado “masa”, ya que cada persona recibe los mensajes en forma aislada y estrictamente personal. 

Efectivamente, tiene que ver con los medios como los conocemos. el auditorio recibe estímulos comunes que nos hacen esperar respuestas o reacciones similares, pero nunca idénticas entre sus miembros, ya que esto nos llevaría a negar su condición humana en forma automática.

Para alcanzar a estos grandes grupos se requiere de medios específicos, ya sea digitales, impresos o electrónicos. Utilizarlos ofrece una serie de bondades difíciles de obtener a través de otro tipo de comunicación, como es el hecho de transmitir hechos en el momento en que están sucediendo en lugares remotos y tener una amplitud de cobertura difícil de alcanzar con otros tipos de comunicación.

La comunicación masiva separa de su entorno sociocultural habitual a los individuos y amplia sus horizontes a un mayor nivel y en un dominio que sobrepasa la acción social ordinaria. Se establece una relación impersonal entre el emisor y el receptor.

Algunos tips que nunca fallan:

  • Cuando estés hablando con alguien, utiliza el poder de la mirada, ver a los ojos te permite entablar contacto directo y mostrar la honestidad de tu mensaje.
  • Si quieres que tu audiencia o interlocutor realmente participen, puedes hacer uso de preguntas que demuestren tu genuino interés en el tema.
  • Recuerda que en la comunicación siempre tiene que darse en dos direcciones, no tomes la palabra sin soltarla, porque entonces estarás en un monólogo que pocas posibilidades ofrece de interactuar.
  • Deja a los otros hablar, también tienen mucho que decir. Permíteles expresar sus ideas y no los interrumpas de forma constante al intentar hacerlo.
  • Sigue la conversación, al cambiar de tema en forma abrupta estás demostrando tu falta de interés o falta de atención en lo que el otro dice.  
  • A veces todos los participantes de la conversación podrán estar de acuerdo, muchas otras no. Esto es algo que no podrás controlar, lo que sí puedes hacer es dar cabida a la diversidad de opiniones que pudieran surgir como retroalimentación. 
  • Cuida tu actuar, sobre todo ante desacuerdos, puedes estar expresando con palabras algo y demostrando con tus expresiones o movimientos corporales algo totalmente opuesto.
  • Recuerda que la comunicación siempre viene con una carga emocional implícita, no importa si es en el terreno personal o profesional, si es en corto o con grandes grupos, siempre hay emociones de por medio, es un acto natural del ser humano.

El poder de la comunicación:

Madia de Souza, en su libro titulado “La Sexta Generación de Marketing” fue contundente al expresar que “Más que una posibilidad, la instantaneidad de la información es un hecho real y permanente. Integrando personas y países, y haciendo que diferentes identidades tengan sus códigos y señales de comunicación difundidos y captados por los más disímiles y distantes habitantes de la tierra, en un proceso inimaginable de formación de imágenes semejantes en receptores, pero en todos los aspectos desiguales”.

Podemos considerar a los medios de comunicación como los principales proveedores de noticias, hechos, ideas y todo tipo de datos, aunque las formas tradicionales de comunicación y en particular la interpersonal tienen una importancia mayúscula. La humanidad transmite, recibe y acepta los mensajes por este conducto.

¿Qué nos queda en claro? Que al final todos los problemas que enfrentamos tienen que ver con la comunicación, desde asuntos estrictamente personales, hasta aquellos que afectan a todo un grupo social.

Visto así, la comunicación es una responsabilidad que aceptamos al entrar en contacto con otros y un proceso que debemos analizar detenidamente. No se trata de caer en un tema de “parálisis por análisis”, porque entonces detendríamos el flujo de los mensajes, consiste en estar lo suficientemente atentos a las repuestas de nuestros interlocutores, ya sean verbales, escritas o no verbales, que nos indicarán si tenemos que replantearla o si está funcionando correctamente.

Ser un buen comunicador implica una buena dosis de empatía, pero también estar dispuesto a escuchar. ¿Cuántas veces le preguntas a alguien “cómo estás” buscando saber sobre su real estado y te contesta “en la oficina”? Más bien ahí la respuesta corresponde a “en dónde estás”. ¿Cierto?  Partir de este ejemplo sencillo y trivial nos hace comprender que no siempre los participantes de la comunicación están alineados. ¿Qué dirías en ese caso? Tal vez algo así como “sé que estás en la oficina, pero lo que me gustaría saber es cómo estás tú”. Piénsalo y consíderalo.