“La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer; en este interregno aparece una gran variedad de síntomas mórbidos, amorfos, imprecisos”. –– Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel.
Eligiendo el futuro al estilo “Presupuesto Base Cero“
Preparándonos para tener éxito en la nueva realidad (recordemos que ya estamos en el episodio II), quizá deberíamos repensar las cosas al estilo de quienes desarrollaron el presupuesto base cero a principios de los años 70. En aquella época, éste fue implementado en la empresa Texas Instruments y por el gobierno de Estados Unidos –que de hecho, aún lo utiliza–. –De esta manera esta tecnología se expandió como la pólvora.
¿En qué consiste el presupuesto base cero?
Según lo define Francisco Javier Macías Valadez Treviño[i] en su libro Evaluación al desempeño. Herramienta para validación fiscal de erogaciones estrictamente indispensables (2020): “El presupuesto base cero (PBC), como su nombre lo indica, inicia de ‘cero’ sin referencia alguna y establece programas, fija metas y objetivos y toma decisiones relativas a las políticas básicas de la administración de la organización”.
El presupuesto base cero se centra en identificar el capital no productivo y reinvertirlo en todo aquello que suponga innovación, crecimiento y rentabilidad; de acuerdo con los expertos, es una forma de gestionar priorizando la visibilidad de resultados concretos sobre las especulaciones y del futuro sobre el pasado.
Para hacerlo, debemos reevaluar cada uno de los programas y gastos, partiendo siempre de cero (de ahí su nombre); es decir, elaborarlo como si la empresa recién iniciara operaciones. Por lo tanto, habrá que justificar y evaluar cada necesidad (y el monto a gastar correspondiente). Se trata de olvidarse del pasado y planear con plena consciencia para el futuro.
Literalmente, es empezar con una hoja en blanco y, al replantear los fundamentos del negocio, no perder nada o perder lo menos que se pueda. Si es posible, generar utilidades, aunque sean pequeñas; esto requerirá de una evaluación constante (mes a mes, o quizá semana a semana) de gastos e ingresos para monitorear desviaciones y corregirlas de inmediato.
Además de planear mejor, esto nos ayudará a cuidar el efectivo al máximo, lo cual en estas épocas no solo es importante, es esencial, si no es que crucial.
Reconfigurar capacidades y ajustar la oferta
Si algo hemos aprendido de la crisis es que ya no podemos hacer las cosas como antes. Sabemos que las condiciones económicas y de mercado difícilmente permitirán que la empresa genere valor tal y como lo hacía previo a la crisis. Por lo que, debemos repensar con profundidad: ¿por qué el cliente me elige precisamente a mí?, ¿qué necesidad le estoy ayudando a satisfacer de una manera más eficaz?, ¿qué problema resuelvo mejor que mi competencia? Y si, en efecto, estoy partiendo de cero. Por lo tanto, no es solamente presupuesto base cero, se trata de replantear los fundamentos del negocio, es empezar de nada; recomenzar desde la base nuestra elección de futuro.
¿Como podríamos adaptar el presupuesto base cero (ajustándolo y amoldándolo) a la elección de futuro? Creo que no sería tan difícil, pues la situación a la que se enfrenta quien tiene que elaborar un presupuesto base cero es muy similar a quien tiene que elegir su futuro bajo las circunstancias provocadas por la crisis del Covid-19.
Replanteamiento de la estrategia
En su famoso artículo “What is strategy?”, publicado en 1996 en Harvard Business Review[ii], Michael Porter afirma que hay que analizar muy bien las actividades y recursos que tiene la empresa para saber si están contribuyendo a crear una propuesta de valor diferenciada.
Aquí la metodología de presupuesto base cero nos ayuda precisamente en este punto, pues nos demanda y cuestiona, para cada actividad (partiendo precisamente de cero), si es realmente necesaria, y aporta a la creación de nuestra nueva (redefinida) propuesta de valor.
Por eso el presupuesto base cero se revela como una herramienta muy útil para redefinir la estrategia o el modelo de negocio. Nos presta una valiosa ayuda para resistir, soportar y sobrellevar la crisis e insertarnos, exitosamente, en la nueva normalidad.
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Agradezco a mi colega Federico D’Kuba su valiosa ayuda para ordenar estas ideas.