Buscamos amor, queremos encontrar a esa persona “especial” con quien poder caminar por la vida, compartiendo el camino.  Sin embargo, para algunas mujeres esto se ha vuelto un verdadero reto, un sueño lejano, una ilusión que aparentemente nunca va a suceder. 

Soy una fiel creyente que hay una parte que le corresponde a la existencia, a la vida y si crees en él, al  Karma (lección de vida que cada una traemos). Sin embargo, si somos totalmente honestas debemos reconocer que muchas veces nosotras mismas ahuyentamos al encantador Cupido. 

¿Cómo hacemos esto?,  con una serie de conductas y roles que hemos adoptado y usamos de manera inconsciente. 

Es bueno entonces, echarle una miradita a este asunto y reflexionar si la “mala suerte”, la creencia cada vez más común de que “no hay hombres disponibles que valgan la pena”, el “mal de ojo” que por allí nos echaron, etc, no recae en que somos nosotras las que caemos en alguno de los roles o conductas que alejan al amor de nuestras vidas. 

He algunas de las conductas a las que podemos caer sin darnos cuenta:

1.- MUJERES QUE TEMEN LA CERCANÍA Y LA INTIMIDAD. 

Tener intimidad con alguien es mostrarte tal y como eres, ser capaz de crear vínculos emocionales cercanos, compartiendo mututamente y combinando amor y amistad. 

Muchas de nosotras hemos creado una serie de estrategias para impedir que alguien se acerque y entre a nuestras vidas. Estas estrategias tienen sus raíces en nuestros miedos de la infancia:  a) Miedo al l rechazo, abandono o pérdida, b) Miedo a perderme en el otro c) Miedo a no saber ponder límites y que me abrume el otro con sus necesidades. 

Desde estos miedos, tomamos los siguientes roles: 

– La piedra – Dura, dura, nada entra.

– La esfinge – arriba del pedestal y por encima de los demás. 

– La independiente – no necesito a nadie, yo puedo sola.

2. MUJERES CON GRANDES EXPECTATIVAS.

Cuando entramos a una relación, la mayoría llevamos una lista bastante amplia de expectativas hacia la pareja. Si hay cosas que no nos agradan (que seguramente las hay), secretamente creemos que seremos capaces de cambiarlas. Creemos que poco a poco todas esas cosas molestas desaparecerán y él se convertirá en el hombre ideal. 

Cuando traemos estas grandes expectativas a la relación, es como si viniéramos armadas con un martillo y un desarmador, listas para enderezar algunas cosas, atornillar aquí, allá, mover esto, quitar lo otro.  Y cuando el hombre amado no cambia, crece en nosotras una gran desilusión y lo culpamos de no ser lo que esperábamos. Y allí empezamos con el martillito, dale y dale con el mensaje “cambia, vuélvete el hombre que yo quiero.” Y con ello empiezan las demandas y exigencias. 

¿Cuándo es la expectativa demasiada?, cuando estás siendo muy exigente pidiéndole a tu pareja que cambie o haga algo diferente de lo que es por naturaleza. 

De estas exigencias recurrimos a los siguientes roles: 

– La romántica que da todo: te compro, te doy y te convierto en mi hombre ideal.

– La impaciente: Anda con el vestido de boda en la cajuela y las invitaciones ya hechas, solo para agregarle un nombre. 

– La trepadora social: quiero un hombre exitoso, con mucho dinero y que me de la vida que siempre he soñado.

– La creadora de ídolos o héroes: te pongo en un pedestal, te idealizo y luego te tiro. 

3. MUJERES ENOJADAS.

Si, así como hablamos de los misóginos, hombres que de una manera u otra desprecian a las mujeres y en general están muy enojados en contra de ellas, también tenemos muchas mujeres que de forma inconsciente o a veces no tanto, traen mucho enojo con el sexo masculino. 

Normalmente este enojo tiene sus profundas raíces en situaciones de la infancia, con papá y otras figuras masculinas, además agreguemos que vivimos en una cultura que no es fácil ni muchas veces justa con las mujeres y esto va sumando aspectos a nuestros enojos como seres de este género. Es muy posible que este enojo esté muy justificado en sus orígenes y por nuestras historias como mujeres, pero el asunto es que si no lo trabajamos y lo sacamos de nuestro sistema es como si energéticamente estuviéramos con una espada listas para cortar cabezas (u otras partes del cuerpo).

De este enoje se pueden encontrar los siguientes roles:

– La Reina de Hielo- fría fría, como el agua de un río.

– La Competidora – siempre queriendo ganarles a los hombres y demostrar que ella es mejor.

– La Reina del bagaje.  Ya no busca quien se la hizo sino quien se la pague. 

4. MUJERES QUE CONTROLAN.

El control es un mecanismo de defensa guiado por el miedo de que ha menos de que se haga algo al respecto, los resultados no sean buenos y nunca se obtendrá lo que se quiere.

Estas mujeres controladores buscan satisfacer necesidades cuando no se sienten seguras, amadas y apreciadas. Y desde allí, compulsivamente buscan controlar en los demás, su vida de todas las formas posibles, lo que sigue, es el conflicto, expectativas no cumplidas, mala comunicación, juegos de poder y dolor

La necesidad de controlar a nuestras parejas es algo bastante común, de alguna forma nos sirve para sentir menos miedo, ansiedad, inseguridad, dándonos la ilusión de que las cosas saldrán como queremos. 

Los roles que juega este tipo de mujeres son:

– La inquisidora- ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con quién? ¡!Dimelo todooooo!!!

– La golpeadora: saben dar justo donde les duele a los hombres. 

5. MUJERES QUE DAN MUCHO Y LIBREMENTE.

En pocas palabras, mujeres que dan demasiado, demasiado rápido, demasiado fácil y no demasiado Amor, porque este dar tan “fluidito” no tiene nada que ver con el amor, tiene que ver con los vacíos y las heridas infantiles y de el dar con la expectativa de recibir. 

Aqui se juegan los roles tales como:

– La Rescatadora: te rescato y a partir de ahora yo controlo tu vida porque tú no sabes qué hacer con ella. 

– La amante fácil: Hoy salimos y en la noche ya me acosté con él. 

– La cuidadora. ¡Qué quieres? ¿Qué necesitas? Yo lo hago, yo lo checo, yo me encargo….

Desifrar el juego que hemos jugado y descubrir si hemos caído en alguna de estas prepresentacions, nos permitirá iniciar los cambios necesarios para encontrar la relación que realmente estamos deseando.

Aura Medina de Wit

Psicoterapeuta especializada en la codependencia, las relaciones de pareja y heridas de la infancia.

Consultas via skype en: [email protected]

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