Recientemente, tuvimos la oportunidad de disfrutar de uno de los eventos deportivos más grandiosos y emocionantes del planeta: Los Juegos Olímpicos de París 2024. Este evento no solo nos dejó con datos, estadísticas y medallas, sino también con recuerdos inolvidables en increíbles escenarios.
Comenzaré contando algunos datos importantes. Los Juegos Olímpicos de París 2024 se llevaron a cabo del 26 de julio al 11 de agosto en la Ciudad Luz. Y ojo, porque París se convirtió en la segunda ciudad en albergar los Juegos Olímpicos por tercera vez, después de las ediciones de 1900 y 1924. Este año, el evento contó con 329 competencias distribuidas en 32 disciplinas deportivas y reunió a 10,714 atletas de todo el mundo. ¡Fue un espectáculo sin comparación!
Entre los aspectos más destacados, vimos países que lograron sus primeras medallas en la historia olímpica. Por ejemplo, Santa Lucía hizo historia con Julien Alfred, quien ganó el oro en los 100 metros planos femenino. Dominicana brilló con Thea LaFond, quien se llevó el primer lugar en salto triple con una marca de 15,02 metros. Cabo Verde celebró un bronce en boxeo gracias a Daniel Varela de Pina en la categoría de 51 kilos, y Albania se destacó con Chermen Valiev, quien ganó el bronce en lucha libre.
Un tema que captó bastante atención fue la participación de atletas rusos y bielorrusos. Desde el 8 de diciembre de 2023, se anunció que podrían competir, pero solo como atletas neutrales y en pruebas individuales. Al final, participaron 15 atletas rusos, una cifra mucho menor en comparación con los 335 que compitieron en Tokio 2020.
Los escenarios fueron realmente impresionantes y superaron todas las expectativas. Desde la ceremonia de apertura con el desfile de los atletas por el río Sena, hasta los eventos en lugares emblemáticos como la Torre Eiffel, el Museo del Louvre, el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, el Palacio de Versalles y Roland Garros. Cada sede reflejó a la perfección el esplendor histórico y cultural de París.
Ahora bien, ¿qué pasa con los atletas después de un evento de esta magnitud? Steven Portenga, psicólogo especializado en rendimiento, lo explica claramente: “No hay mejor pase de acceso total que una medalla olímpica”. Según él, tener una medalla puede abrir muchas puertas por un tiempo, pero luego puede desvanecerse y dejar a los atletas fuera de los reflectores. Muchos enfrentan dificultades después de los Juegos Olímpicos al darse cuenta de que la medalla no cambia su vida de manera tan significativa como esperaban.
Después de esta justa deportiva seguramente muchos atletas tomarán un descanso y probablemente otros comenzarán a prepararse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Dentro de los desafíos post-olímpicos que enfrentarán algunos atletas está lidiar con lesiones, el desgaste físico y emocional, y el volver a una vida normal en la que el deporte no siempre ocupa la mayor parte de su tiempo, ni es la principal fuente de sus ingresos. Cabe mencionar que muchos atletas no cuentan con un apoyo económico sustentable y que en muchas ocasiones ellos generan sus propios recursos para participar en competencias, pagar entrenadores y adquirir su equipo deportivo. Solo los más afortunados cuentan con patrocinadores o reciben premios económicos de sus países, mientras que la mayoría, lucha por conseguir apoyos para continuar su calidad de atletas élite.
Otra cuestión importante sobre los atletas es lo que algunos especialistas del deporte llaman el fenómeno “depresión post-olímpica”. Esta se refiere al estado que surge después de una intensa concentración, un riguroso entrenamiento, severas rutinas y sacrificios personales, si a ello sumamos expectativas no cumplidas, en algunos casos se puede desencadenar ansiedad y depresión. Según Robert Smith, psicólogo deportivo y ex-atleta, las mismas cualidades que hacen a los atletas de élite superar el dolor y mantener altas expectativas, también pueden llevarlos a manifestar fuertes sentimientos negativos.
Lamentablemente solo vemos en unos momentos, la culminación de todo el esfuerzo y dedicación de años de preparación, en el que solamente hay podium para tres lugares, cuando en realidad, el reconocimiento es para todos y cada uno de los participantes que demuestran que cualquier meta se puede lograr, cuando se pone el empeño, el trabajo y el corazón en ello.
Creo en resumen, que los Juegos Olímpicos de París 2024 no solo nos permitieron reconocer el esfuerzo de los mejores atletas del mundo, sino que también vimos un campo donde se pueden olvidar las diferencias que nos dividen.
Por unos días nos pudimos sumergir en un entusiasmo compartido y disfrutamos tanto el éxito de los ganadores, como el mérito de los demás enmarcado en un escenario majestuoso, como lo es Paris.
Pierre de Coubertin, el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, solía decir que “lo más importante en los Juegos Olímpicos no es ganar sino participar; lo esencial en la vida no es vencer sino luchar bien”. Este principio captura el espíritu de los Juegos Olímpicos, nos inspira a todos a ver a este evento como una justa de atletas que hacer ver que lo imposible, se hace posible.
Adios Paris 2024, nos dejas llenos de recuerdos y muy pronto veremos Los Juegos Olimpicos en Los Angeles 2028.