En el transcurso de nuestras vidas, todos enfrentamos desafíos y momentos oscuros. Sin embargo, hay quienes, por su brillo y talento, se convierten en el blanco de la envidia y el bullying. Este artículo es un homenaje a esas personas, aquellas que han sido injustamente señaladas y, a pesar de todo, han resurgido con una fuerza y determinación que les permite destacar por encima de los demás. Es una historia de transformación, de pasar de ser la “bruja” a convertirse en una verdadera “rockstar”.

Transitar desde la invisibilidad para finalmente emerger como una figura admirada por todos, es un viaje de transformación profundo y significativo. Esta evolución no solo refleja un crecimiento personal, sino también la superación de estigmas y prejuicios, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y fuerza que inspira.

La oscuridad del acoso

La envidia es un sentimiento profundo y complejo que surge cuando una persona experimenta descontento o resentimiento al observar las cualidades, logros, posesiones o atributos de otra persona. Este sentimiento va más allá de una simple admiración; implica una mezcla de deseo por lo que el otro tiene y una frustración por no poseerlo uno mismo. 

La envidia puede generar una serie de emociones negativas, como la inseguridad y el odio, y puede influir negativamente en las relaciones interpersonales y en el bienestar emocional de quien la siente. Este sentimiento a menudo impulsa comportamientos destructivos y maliciosos hacia los demás, dificultando la capacidad de apreciar y celebrar los logros ajenos, dando cabida a situaciones de acoso que pueden tener consecuencias futuras. 

El bullying es una palabra inglesa que significa intimidación y se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin una razón clara, adoptadas por uno o más personas contra otro u otros. Las personas que lo sufren son, a menudo, aquellas que poseen cualidades excepcionales, son inteligentes y creativas. Su luz molesta a quienes no pueden brillar de la misma manera, y así, se convierten en objetivos fáciles para la envidia y el resentimiento. 

Son las típicas personas que te quieren ver gris, minimizarte, hacer que te sientas una persona sola, incomprendida y menospreciada a pesar de todas tus características positivas, 

Estos patrones se instauran desde pequeños por pautas aprendidas, ya sea por un entorno familiar o por ensayo y error, en donde los niños y adolescentes comienzan a desarrollar conductas que los empoderan y que, si les funcionan para apagar al otro, se ven reforzadas. Se vuelve una costumbre tratarlos de forma abusiva, acosándolos y sometiéndoles. Acciones que, de mayores, tienden a repetir en la vida adulta.

Al no saber manejar esta situación, las víctimas tienen más probabilidades de experimentar baja autoestima, aislamiento, bajo rendimiento, problemas de salud física, depresión, ansiedad y en un grado extremos pensamientos suicidas.

Tendríamos que empezar por detectar estas situaciones (en lo personal o en nuestro entorno) entendiendo que es bullying psicológico cuando existe una presión que hace a la víctima sentir temor por lo que le hace la otra persona; cuando hay persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación o situaciones en la que se modifican hábilmente las cosas, para conseguir algo sin importar mentir o agredir. (¡Sí, aquí entran también los chismes! Ojo con ello.)

Solemos pensar que esto sólo se da en los estudiantes, pero en verdad es algo que en el mundo personal y laboral también ocurre, y que a veces incluso viene de aquellas personas a quienes podrías considerar “cercanas”.​

¡Usa esas malas intenciones a tu favor, vuélvete una bruja!

Nos queda claro en este punto que la persona que siente envidia y que acosa, hace chismes y busca por todos los medios atacar a aquella que, en el fondo, quisieran ser, trae detrás una fuerte dosis de frustraciones en las que tiene que trabajar. Le molesta ver el brillo porque evidencian lo que no es y entonces simplemente busca apagarlo. ¿No sería mucho mejor tratar de brillar con una luz propia y dejar vivir su vida a los demás?

Si eres de esas personas que se preocupan más por ver cómo molestar o lastimar al otro, cómo hacer que las cosas no le salgan bien y hacerlo tropezar, entonces es momento de que canalices tus energías y conviertas ese poder negativo que te lleva a la oscuridad, en una luz propia. ¡Sí, todos podemos brillar si nos lo proponemos! Tal vez no vas a ser un clon de la persona que tanto te molesta porque evidencia lo que no eres, pero puedes tomar una personalidad propia que te mueva de ser esa malvada, a tu propia versión de estrella de rock. 

Y yo te diría que también deberíamos encontrar el lado positivo a la palabra bruja, porque serlo implica un trabajo interno de alquimia personal, ya que es en esos momentos oscuros es donde podemos retomar todas nuestras habilidades y convertirlas en magia pura para tomar fuerza y resurgir. 

No se trata de la receta de una pócima mágica como lo vemos en los cuentos, se trata de retomar toda tu fuerza interna y dejarle claro a todos tu valor, lo que tú eres y con lo que sí puedes destacar. Este proceso de resurgimiento no es sencillo. Requiere de introspección, autoconocimiento y una férrea voluntad para no dejarse vencer por las circunstancias.

A pesar del dolor y la adversidad, muchas personas logran encontrar dentro de sí mismas una fuerza increíble. Como la mítica del ave Fénix, renacen de sus propias cenizas, más fuertes y decididas que nunca. 

Las personas que logran superar este enojo hacia lo que los demás son o tienen, transformando los desafíos en oportunidades pueden brillar aún más intensamente porque su resiliencia y habilidad para convertir la negatividad se transforman en una fuerza motriz para el éxito y la innovación personal.

¿Cómo convertirte en rockstar?

El término, como tal, hoy va más allá de ser una figura de la música; es un símbolo de influencia, resiliencia y poder. Su esencia reside en su capacidad para sobresalir y dejar una huella imborrable en la sociedad, trascendiendo, para convertirse en un ícono. Estas personas son conocidas por su carisma, determinación y autenticidad, lo que les permite conectar profundamente con sus seguidores y ejercer una influencia significativa. Los rockstars no solo representan talento y creatividad, sino también la habilidad de superar adversidades, reinventarse y redefinir los límites de lo posible.

Las implicaciones de serlo incluyen una enorme responsabilidad y presión. Estas figuras son constantemente observadas y juzgadas por sus acciones y decisiones, tanto en su vida profesional como personal. Su capacidad para mantenerse firmes y auténticas ante la adversidad se convierte en una fuente de inspiración para muchos. Si te lo estabas preguntando, entrar en esta dimensión, claro que implica enfrentar y superar el bullying (que antes tú hiciste), las críticas y las envidias, al estar emergiendo con más fuerza y decisión. 

El camino hacia el renacimiento implica:

  1. Aceptar que somos seres vulnerables y reconocer que hemos pasado por dolor y heridas emocionales. No se trata de ignorar lo que ha sucedido, sino de enfrentarlo con valentía.
  2. Nadie resurge solo. Amigos, familiares, mentores y, a veces, incluso profesionales pueden ser cruciales para brindar el apoyo necesario.
  3. Desarrollar nuestra resiliencia. Nuestra capacidad de recuperación de las adversidades es clave. Cada obstáculo superado se convierte en un peldaño hacia el éxito.
  4. Recordar quiénes somos y qué queremos lograr nos da la motivación para seguir adelante. Tener un propósito claro es fundamental.
  5. Cada pequeño paso hacia adelante es una victoria que debe ser celebrada. Esto alimenta la confianza y el espíritu.

Piénsalo, una vez que una persona ha resurgido, su brillo es inigualable. Se convierte en ejemplo, inspirando a otros a no rendirse. Su talento y habilidades, que antes eran objeto de envidia, ahora son reconocidos y admirados. Pasa de ser “bruja” señaladas a ser un “rockstar” a quienes muchos le aplauden.

Estos individuos nos enseñan que el éxito no es simplemente una cuestión de talento innato, sino de la capacidad de superar adversidades y de mantenerse firmes en la búsqueda de nuestros sueños. Nos recuerdan que las críticas y el bullying son, a menudo, reflejo de la inseguridad de quienes nos rodean, y no de nuestra valía personal.

A veces romper la inercia parece imposible, porque la seguridad y autoconfianza se han mermado, pero sólo tú decides si quieres seguir del lado débil o del más fuerte. 

Para finalizar con esta reflexión, me gustaría dejarte con la idea de que transformarse en “rockstar” es un poderoso recordatorio de la capacidad humana para adaptarse y prosperar, incluso en las circunstancias más adversas. A quienes se sienten como “brujas” hoy, recuerden que dentro de ustedes reside una fuerza increíble. Puede que ahora estén pasando por una tormenta, pero al otro lado está el sol brillando más fuerte que nunca. La travesía puede ser larga y difícil, pero al final, el renacimiento es inevitable.

¡Adelante, el mundo espera verte brillar!