Las luchas que hemos dado las mujeres en la época contemporánea en todo el mundo, han dado frutos y representado avances significativos, aunque hay todavía muchas necesidades insatisfechas y una multitud de sueños incumplidos o demandas que aún debemos exigir y conseguir. Pero hemos aprendido a tomar lo que es nuestro.
Por eso, quiero hablarles ahora de las mujeres de mi tierra, que, si bien se casan, y crían hombres y mujeres al ritmo del calor hogareño, también buscan prepararse para exponer su inteligencia, desarrollar su pasión social, satisfacer su sed de conocimiento, crecer y ocupar espacios trascendentes. En todo sentido, son educadoras, siempre están alertas, ponen el hombro para que la familia se sostenga, y triunfan a la vez fuera de casa. Ahí, radica su grandeza, pues sus acciones no dependen de la gratitud y entregan lo mejor de sí desinteresadamente.
Por igual, es preciso recordar la labor de las que han luchado arduamente en el anonimato, todas aquellas que en silencio han sembrado inquietudes lo mismo escribiendo, que pintando, cocinando, amando; hasta sacrificándose calladamente. Esas heroínas que nos antecedieron y tanto les debemos.
No soslayo igualmente, la misoginia y la hostilidad que aún cobra víctimas en mi tierra y han desembocado en dolorosos y horrendos feminicidios, que deben castigarse severamente e impedirse en su totalidad.
Deseo entonces concluir con un llamado a la conciencia de todas y todos para redoblar los esfuerzos y colaborar en la construcción de un mundo mejor, aportando anhelos, conocimientos, voluntad, responsabilidad, vocación de servicio y compromiso social.
Aún es factible conformar una nueva sociedad: libre de miseria, enfermedad, desigualdad, odios, ignorancia, violencia y tiranías.
Esa debe ser nuestra convicción, la de todas las mujeres, sean norteñas, del centro, sureñas y de cualquier rincón. Hay que dar la batalla y recordar siempre a las grandes mujeres para que nos guíen con su ejemplo.
Como decía Goethe: “Si quieres saber lo que es debido hacer en cada caso, pregúntalo a las mujeres”.