Desde sus orígenes el hombre ha buscado la manera de hacerse la vida más fácil, las razones son muchas, aunque quizá la principal sea la supervivencia.
Prueba de ello lo muestran nuestros ancestros, los cuales con piedras, caparazones de animales, madera o con lo que tuvieran a la mano, construían armas y herramientas que les facilitaran sus labores. Así mismo idearon mecanismos e instrumentos que les facilitaran una mejor movilidad. Primero con el uso de animales, más tarde con la creación de diferentes tipos de carruajes (de ahí el nombre de carro), hasta llegar a uno de los inventos más controvertidos y apasionantes, el automóvil.
Hoy la movilidad es una necesidad vital que se vive día a día. ¿Cómo llegamos al trabajo?, ¿Cómo nos desplazamos a la escuela?, etc., es difícil imaginarlo sin el uso de un automóvil.
En un sentido estricto, el vehículo sirve para llevarnos de un punto A a un punto B. Pero la misma evolución e historia nos ha mostrado que hay distintas formas de hacerlo, no era lo mismo llegar en una carreta de madera arrastrada por bueyes, que llegar en un adornado carruaje tirado por hermosos corceles.
Eso marcaba el estatus y poder económico de los individuos, hoy ocurre exactamente lo mismo. Prueba de ello, es que prácticamente cualquier auto nos puede llevar a las mismas personas, al mismo destino. Pero no es lo mismo viajar y llegar a un restaurante en un Hyundai Accent que en un Bugatti Veyron y así, aunque muchos no lo reconocen, a la hora de elegir su vehículo, también lo hacen bajo otras consideraciones como pensando en el qué dirán o pensarán sus amigos y vecinos. Por ello es que la compra de un auto tiene un alto grado aspiracional, emocional y podría decirse hasta irracional.
En el aspecto emocional existen algunas variantes, tales como el sueño de obtener por primera vez un auto, o conseguir el auto de tus sueños, así como tener el auto para impresionar a las mujeres o para impactar en los clientes.
En el lado aspiracional, es desear algo mejor o diferente a lo que ya tenemos, algo así como cuando las rubias quieren ser morenas o las morenas quieren ser rubias. Digamos que aunque lo que tenemos es bueno, no nos conformamos, aspiramos a tener lo que tiene el vecino o como lo que se ve en la televisión y el cine, bajo estereotipos que nos marcan o definen.
Lo parte irracional también puede atacar a un comprador de autos, pues algunos son capaces de empeñar su alma al diablo con tal de tener ése auto, para impresionar a todos. Cómo dirían las abuelas, “No tienen para calzones, pero tienen auto último modelo.”
Ninguno de los casos anteriores son casos de estudio y podría decirse incluso que es algo completamente normal, pues pasa lo mismo a la hora de elegir ropa, calzado, relojes o lo que tu te imagines, es una realidad que somos una sociedad marcada en mucho por lo que tienes.
Afortunadamente cada vez existen compradores más racionales, los cuales ponen por encima de todo sus auténticas necesidades a la hora de comprar un automóvil, observando aspectos como el numero de pasajeros, el uso, el tipo de caminos que circulan, el consumo de combustible y sobre todo, el presupuesto.
La pregunta de los 10 millones es que te preguntes ¿Que te mueve a la hora de buscar y comprar un auto nuevo, la parte emocional o la parte racional?
Alejandro Guilbert
Director editorial Cars México. Analista especializado de la industria automotriz. Editor de libros y revistas.
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