Es común escuchar que las noches mas bellas son las noche de octubre por sus lunas, incluso existen canciones que hacen referencia a ello, y aunque astrónomos aseguran que nada de esto es cierto, lo cierto es que estamos convencidos que la luna ejerce un fuerte efecto sobre nosotros y nuestras emociones.
Son muchos los factores que pueden contribuir a ello, pero si dejamos en esta ocasión a la luna de lado, podríamos enlistar otros que son propios de nuestros tiempos.
Hoy día, solemos hablar sobra la importancia de aprender a manejar las emociones, considerando a algunas de estas como los grandes pandemonios de la sociedad, nombrándolas ansiedad, agobio, miedo, estrés, incertidumbre y otros más que podríamos enumerar. Quizás producto de los cambios drásticos y acelerados a los que nos enfrentamos día a día.
Los patrones en la recurrencia a la manifestación de emociones negativas, finalmente conflictúan nuestro entorno físico, social y mental, por lo que es vital regresar a un estado de paz en cualquiera de sus formas, evitando patrones conductuales que se tornen tóxicos.
Sin embargo, poco sabemos de la manera positiva de encauzar todas estas emociones, por lo que es imprescindible encontrar estrategias en el manejo de éstas, para desarrollar una vida más armónica y menos estresante.
Una de las concurridas recomendaciones provienen de algo que seguramente hemos escuchado muchas veces, que es la importancia de vivir en el aquí y en el ahora, frase que encierra la manera de sufragar nuestra energía dispersa entre el pasado y el presente, y nos incita a la tarea de enfocarnos el el lugar en el que estamos, que es desde donde se puede ser y actuar.
Otras más, serian tales como liberar la tensión a través de vías dinámicas o productivas, como hacer ejercicio. Algunos psicólogos sugieren alimentar la mente con pensamientos positivos, pero probablemente lo más eficiente y sustancial sea el buscar, identificar y reconocer la proveniencia de estas emociones y aprender a manejarlas desde su raíz.
Hoy afortunadamente existen muchos recursos para lograr este objetivo a través de técnicas, terapias o talleres a los cuales se pueden recurrir, que ya sea de manera individual o en su conjunto puedan ofrecer los resultados que deseamos.
A fin de cuentas, si comprendemos el valor de conocer y manejar nuestras emociones, no solo tendremos una mejor calidad de vida, sino que también podremos ofrecer mejores relaciones afectivas y más sanas.
Por lo que invito a que Octubre sea un mes de contemplación, reflexión y cambio, y dejemos que las lunas del mes nos influencien y acompañen en este proceso de manera positiva.
Claudia Esponda
Fundadora de Meraki Magazine