Considero que ser padre o madre es uno de los trabajos más difíciles.

Muchos de nosotros estudiamos una carrera profesional y nos preparamos para ejercer eficientemente un trabajo laboral, pero ¿cuántos de nosotros estudiamos en la escuela para ser padres? Creo que muy pocos.

Ser padres es muy complicado, pero mucho más en estos tiempos.

Recuerdo en mi niñez tenía dos obligaciones muy importantes: Hacer mi tarea de la escuela y jugar el resto del tiempo. Pasaba más tiempo en el barrio o en la calle que en mi casa. Los fines de semana agarraba la bicicleta y recorría toda la ciudad de Monterrey y regresaba a comer o a dormir. Claro que mis padres tuvieron trabajo para educarnos, pero había algo muy importante a su favor: AUTORIDAD.

Respetábamos y obedecíamos a nuestros padres y maestros y esto hacía más sencilla su labor. Cuando había una queja de nuestros maestros, ya sabíamos que venía otro regaño de parte de nuestros papás.

Todos los adultos nos cuidaban y vigilaban que cumpliéramos las reglas. Un día que me escapé de la secundaria y estaba vagabundeando por el barrio, un vecino me vio e inmediatamente le habló a mi madre y claro cuando llegué a casa fuí castigado toda una semana.

Siempre ha sido difícil ser padres, pero hoy más porque hay una gran crisis de AUTORIDAD.

Ahora los niños y adolescentes son autoridad en las familias.

Hace 16 años publicamos nuestro libro Padres Obedientes e Hijos Tiranos advirtiendo a la sociedad sobre el nuevo cambio de roles. Hace unos meses después de una conferencia una mamá se me acercó llorando y me dijo: “Tengo una hija que me insulta, me grita, no me hace caso y no puedo con ella.” Le pregunté la edad y contestó: “3 años”. ¿Cómo es posible que un adulto (mamá) no pueda controlar la conducta de una niña de 3 años?

Los padres tienen miedo de corregir a sus hijos y han cedido su autoridad a sus hijos. Como otro papá me comentó: “Hasta miedo le tengo a mi hijo.”

Autoridad significa las responsabilidades que tienen los padres hacia sus hijos hasta la mayoría de edad. Mientras esté bajo la tutela de los padres el niño debe cumplir y obedecer las obligaciones que le son asignadas.

Bajo la autoridad cuidará, pero también supervisará y corregirá las conductas que no cumplan con las expectativas sociales y familiares para hacer de ellos personas de bien. 

Hay una tendencia de olvidar la función de ser padres para convertirnos en “amigos” de nuestros hijos.

¿Por qué existe esta tendencia? Responde a la forma que muchos de los adultos fuimos educados con firmeza, disciplina y hasta castigo físico. Y ahora, queremos evitarlo con nuestros hijos convirtiéndonos en sus “cuates”.

No queremos que tengan miedo sino confianza, no lo lograremos siendo sus amigos.

Los padres acompañan, orientan, dialogan, juegan, conviven y corrigen cuando sea necesario con respeto y jamás lastimando a sus hijos. 

Dr, Jesús Amaya PhD
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