Hola queridos lectores, en esta ocasión voy a dedicar está sección para hacer una reflexión sobre uno de los fenómenos musicales más interesantes de los últimos años y que además ha causado mucha polémica y reacciones, me atrevería a decir que ha creado una brecha generacional más entre los jóvenes y sus padres, me refiero al reggaetón, odiado por muchos y amado por otros.
En lo personal no está entre mis géneros musicales favoritos, pero si me parece importante hablar de este tipo de música que se ha vuelto muy popular y que ha creado toda una subcultura a su alrededor, sobre todo en América Latina, la comunidad latina en los Estados Unidos y España, es decir, ha devuelto la popularidad al idioma español en los charts internacionales y pareciera crear una identidad entre la población joven, con la que se desmarcan del ¨mundo “adulto” y se sienten más “libres”, algo que nos tiene que recordar necesariamente, los movimientos musicales de los años sesenta y setenta orientados hacia el rock y el pop. Sin embargo, aunque estos géneros ya no estén de “moda” en lo que al aspecto comercial se refiere, su complejidad musical y su desarrollo como arte, no tiene paralelo y, como veremos más adelante, el reggaetón está muy lejos de la complejidad musical y ya tiene 20 años gestándose.
Pero, aclaremos primero, ¿Qué es el reggaetón? y ¿Cuándo y dónde surgió?
El reggaetón es un género musical que deriva de la fusión de una variación del reggae jamaiquino, el dance hall panameño, el hip hop y los ritmos caribeños, es de habla hispana y está centrado en manifestaciones culturales latinas relacionadas con el baile y el ocio, se remonta a la década de los noventa en Puerto Rico y Panamá, se caracteriza por su ritmo deambow y sus letras desenfadadas y explicitas sobre sexo ( muchas veces misóginas y machistas), drogas y violencia, que inició como un movimiento underground y fue creciendo hasta alcanzar alturas insospechadas ( y prácticamente inexplicables) y ya forma parte del mainstream en Estados Unidos. Actualmente se ha fusionado con muchos ritmos como el rap, el trap y el pop latino.
Musicalmente hablando es muy simple, tiene una base rítmica distintiva, el deambow derivado de la canción Dem Bow de Shabba Ranks, la voz es un recitado constante, muy propio del rap, la producción es básicamente electrónica con loops, muy minimalista y basada en la percusión.
Esta canción, Dem Bow, que tomo prestadas diversas secuencias y adquirió las licencias para desarmarlas, fue un éxito, y este dance hall panameño se fusionó con el reggae en español que se hacía en Puerto Rico, con Edgardo Armando Franco “El General” y el resultado de esta fusión fue el reggaetón que en los años dosmiles alcanzaría el éxito con su fusión de hip hop y sus primeros mensajes contestarios. Luego vendría Daddy Yankee con su Gasolina en 2004 y el cantante dijo: “Gracias a esta canción, el mundo ha conocido el reggaetón”; luego vendrían más fusiones: bachata, vallenato, pop y el gran momento con Despacito, originalmente grabada por Luis Fonsi y, de nuevo, Daddy Yankee y con un remix que incluyo a Justin Bieber, se convirtió en la primera canción en español en ser numero uno en Billboard, desde La Macarena y la canción más reproducida en la historia de Spotify.
Fue precisamente el streaming el que le dio oportunidades a otros artistas que no tenían contrato, como Benito Martínez que bajo el nombre de Bad Bunnycomenzó a subir canciones a SoundCloud. El flamenco se fusionaría con el reggaetón y se produciría el éxito de la catalana Rosalía y más recientemente, en México, un subgénero llamado “corridos tumbados” lo hizo también con su representante Peso Pluma.
El éxito del reggaetón es indiscutible en términos comerciales, sin embargo, el hecho de que tenga una aceptación generalizada en ciertos mercados y que sea utilizado como una bandera de orgullo latino, además de que algunos medios como la revista Rolling Stone lo intenten jerarquizar entre lo mejor que se ha hecho musicalmente, no lo exime de la polémica que lo ha acompañado desde sus inicios.
La primera tiene que ver con el aparente “blanqueamiento” de un género que nació en las comunidades negras marginadas y que enfrentó la discriminación y que ahora parece un tema olvidado. La segunda tiene que ver con las letras misóginas y con referencias sexuales explicitas, que han causado molestia y mucha polémica. La tercera y la más importante y la que tal vez genera mayor reacción entre los detractores y los amantes del género es la música en sí misma, es decir, la calidad de las composiciones e interpretaciones, la búsqueda de nuevos horizontes, la perfección, la constante evolución y experimentación que hemos visto históricamente en otros géneros y que desde mi punto de vista, no lo encontramos en el reggaetón, pareciera estar estancado en una formula rítmica y de propuesta vocal que aún con todas las fusiones ya mencionadas no logra superar, o no quiere, su simplicidad y quedarse en lo pegadizo y de fácil aceptación de su público.
Más allá de su perpetuo ritmo percusivo y letras vacías, del comercialismo voraz y de un fenómeno social establecido, no pareciera vislumbrarse un desarrollo musical importante en el futuro.
La gran pregunta que debemos hacernos es si habrá un álbum de reggaetón que trascienda en el tiempo, como un Kind of Blue de Miles Davis, un Revolver de The Beatles, un Heroes de David, un The Dark side of the Moon de Pink Floyd, un Time Out de The Dave Brubeck Quartet, un Ok Computer de Radiohead o un Come on over de Shania Twain o un Back to Black de Amy Winehouse.
Les dejo la respuesta a ustedes, hasta la siguiente.