El mundo de la moda representa un medio muy competido en nuestros días, pero la creatividad, el sello particular y la expresión artística son algunos de los factores que hacen que un diseñador tenga renombre.
Si a ello añadimos, como es el caso de Lydia Lavín y su hija Monserrat Messeguer el rescate de las tradiciones inserta en sus diseños, el valor es aún mayor.
Lydia es originaria de la Ciudad de México, inicio su contacto con la moda desde muy temprana edad al pertenecer a una familia textilera que le permitió a los 16 años crear su primera colección para dama, ejercicio que continua hasta hoy con una larga y productiva carrera.
El concepto que define su marca es el de crear una unión, ahora infranqueable, entre las mujeres indígenas de México y su pasión por la moda. Esta relación surge de los frecuentes viajes que Lydia hizo por el país, permitiéndole apreciar y valorar el arte de los textiles tradicionales fabricados en las comunidades indígenas, descubriendo este mundo maravilloso y alterno que es México.
Muchas técnicas textileras se estaban abandonando y Lydia se dió a la tarea de rescatar ese cúmulo de conocimiento, talento y tradición e implementarlo en sus diseños. Actualmente ese proceso se ha expandido con mujeres de muchas localidades en la República Mexicana, principalmente de las zonas de Oaxaca, Puebla y Chiapas.
El proceso creativo se inicia para Lydia y Montserrat con una historia, una paleta de colores y el uso de textiles y bordados de estas mujeres artesanas. Es a partir de ello que se gestan sus colecciones, proceso que dura aproximadamente 9 meses.
Sin embargo, señala Lydia “lo importante es la gente detrás de la moda, no la moda misma, no olvidarnos que hacemos cultura a la hora de hacer objetos textiles e indumentaria. No se nos olvide que el valor enorme que tienen estos productos es que hay gente viviendo de lo que hace, enseñando su arte y compartiéndolo, creo esta es nuestra misión principal, nuestro ADN” continúa.
Lydia comparte historias graciosas, pero también conmovedoras de estas mujeres indígenas que ahora, gracias a su trabajo, representan un orgullo para sus comunidades a la vez que brindan un importante apoyo económico a sus familias.
“Los retos han sido muchos, como abrirse un espacio en el mercado”, agrega Montserrat, “pero las satisfacciones son el apoyo que se brinda a las comunidades, la bandera de que lo que está hecho en México está bien y dar a conocer eso al mundo” añade.
Lydia Lavín no solo representa un ejemplo de alta moda, sino también una empresa con un compromiso de responsabilidad social y de apoyo a estas mujeres indígenas que visten de colores el nombre de México.
Sus exhibiciones y ventas se expanden a la fecha por varias ciudades de México, los Estados Unidos y Europa.
Se ha presentado en eventos tan importantes como el Mercedes-Benz Fashion Week de la Ciudad de México por los últimos 7 años.
Próximamente realizarán una visita a San Antonio, Texas para un evento privado donde ofrecerá una conferencia, presentará muestras y dará una exhibición de su trabajo.
